Por Andrés timoteo / columnista
Este fin de semana se realizó el cambio de mando en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) mientras que Carolina Viggiano, esposa del exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira -finísima persona-, protestó como secretaria general del partido.
Como se esperaba, el discurso del nuevo dirigente priista fue desmentir el aura marrón con la que arriba a la dirigencia partidista, tratando de desligarse del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien se dice lo impulsó para ser un líder opositor a modo y terso.
“El verdadero partido satélite en México es Morena porque obedece a una sola persona y eso lo sabemos todos”, dijo Moreno en su discurso para intentar poner distancia entre el tricolor, que ahora él representa, y el morenismo. A justificación no pedida, culpabilidad aceptada, pues.
Ahora que el famoso “Alito” llegó a dirigir al tricolor ya hay quien propone que éste cambie de nombre para acomodarse a las nuevas circunstancias, pues no será de oposición sino de sumisión. ¿Cómo se llamaría?, ¿Partido de la Cuarta Transformación (P4T), Partido de la Revolución Morenista (PRM), Partido Me Canso Ganso (PMCG), Partido Morenista Institucional (PMI)? Usted póngale nombre.
Moreno Cárdenas también fue recibido con la renuncia de la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a la militancia. Ortega fue su contendiente en las elecciones internas y denunció las irregularidades en la misma, desde la famosa ‘cargada’ de liderazgos del partido hasta las prácticas mapachiles más conocidas durante el día de las votaciones.
No es que Ivonne Ortega sea una prócer de la democracia ni mucho menos un ejemplo de honestidad y buen comportamiento, -su paso en la gubernatura de Yucatán estuvo plagado de corrupción-, pero mediáticamente es un síntoma de que el tejido priista tradicional se deshilacha. Hasta los de adentro ven las intenciones de Moreno Cárdenas de poner al partido a disposición de López Obrador.
¿Cuántos más se irán del PRI? No se sabe, y la incertidumbre es algo nuevo porque demuestra que la famosa disciplina partidaria entre los tricolores, que les hacía aceptar hasta lo inaceptable, ahora se desdibuja. Por lo pronto, algunos rumores en los corrillos políticos ubican a Ivonne Ortega y a otros posibles desertores del tricolor en el Partido Movimiento Ciudadano (PMC), del cordobés Dante Delgado Rannauro.
¿El impacto en Veracruz? A excepción de que se cumpla la especulación anterior, no se prevé que el priismo veracruzano sea sacudido por una desbandada porque en los hechos ya la hubo desde hace tres años. No hay que olvidar que gran parte de la maquinaria priista -por no decir fidelista- trabajó en contra de sus candidatos en el 2016 y 2018 para favorecer a Morena. La alianza PRIMOR tuvo su génesis en Veracruz.