AGENCIA
Wellington, Nueva Zelanda.- El primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, ofreció el martes una disculpa formal e incondicional en el Parlamento por los abusos, torturas y negligencia sufridos por cientos de miles de niños y adultos vulnerables en instituciones estatales y religiosas a lo largo de siete décadas. Frente a sobrevivientes en la galería pública del Parlamento, Luxon expresó que tales actos fueron “horrorosos, desgarradores e inaceptables”.
Se estima que 200 mil personas, en su mayoría de origen maorí, fueron víctimas de abusos inimaginables en centros estatales, de acogida y religiosos entre 1950 y 2019, de acuerdo con un informe publicado en julio tras una investigación de seis años, la mayor en su tipo en el país. Los hallazgos, que revelan una “desgracia nacional”, resaltan cómo el abuso fue conocido durante años sin que se tomaran medidas efectivas para detenerlo.
Luxon reconoció la responsabilidad del gobierno y ofreció disculpas no solo en nombre de su administración, sino también de las anteriores. “Lamento profundamente que Nueva Zelanda no haya hecho más por ustedes… y que muchos abusadores no hayan sido llevados ante la justicia, lo que permitió que más personas sufrieran abusos que podrían haberse prevenido”, dijo. Aunque su gobierno ha comenzado a trabajar en 28 de las 138 recomendaciones de la investigación, aún no se ha concretado una compensación financiera para los afectados, un tema que algunos sobrevivientes consideran esencial para su sanación.
En una galería pública repleta, varios sobrevivientes y sus familias mostraron su indignación ante las disculpas oficiales. Los abucheos interrumpieron el discurso de la fiscal general, y algunos abandonaron la sala entre lágrimas, señalando que las palabras del gobierno son insuficientes para enfrentar décadas de abuso y negligencia.
Entre las recomendaciones de la investigación se incluye solicitar disculpas de líderes estatales y religiosos, incluido el papa Francisco, y crear oficinas para procesar a los agresores, reparar los daños y reescribir el sistema de protección de menores. Sin embargo, algunos sobrevivientes, como Fa’afete Taito, consideran que “no basta con decir lo siento; lo que de verdad cuenta es lo que haces para sanar las heridas”.
El primer ministro Luxon ha sido criticado por no proponer medidas concretas de compensación y por políticas recientes que afectan desproporcionadamente a la comunidad maorí, la cual se encuentra sobrerrepresentada en el sistema penitenciario y de tutela estatal.