Córdoba.- Noviembre se significó como uno de los meses más violentos del primer año de gestión del Gobernador en turno, con 180 asesinatos (a razón de seis homicidios diarios).
De esta cifra resalta que 122 de las 180 víctimas fueron asesinadas con tintes de haber sido ejecutadas.
Este escalofriante número contrasta con la irrisoria cantidad de detenidos por este delito: apenas 10.
Cifras oficiales revelan el alto número de delitos de alto impacto ocurridos en el último mes del primer año de gestión del Gobernador en turno:
24 personas fueron secuestradas.
Sin embargo, en el mes se reportaron 26 víctimas de este delito, (2 permanecían privadas de su libertad desde meses pasados) de las cuales 16 habían sido liberadas, 9 permanecían secuestradas y una fue asesinada. De la misma forma, se registraron 5 enfrentamientos armados con saldo de 5 civiles muertos.
En tanto, las personas desaparecidas sumaron en el mismo período 136, y sólo fueron encontradas 63, 11 de ellas sin vida.
Si la delincuencia ha operado a gran escala, la actuación de los Cuerpos de Seguridad ha sido desastrosa: sólo 147 personas fueron aprehendidas en el mes por todo tipo de delitos.
Pero por delitos de alto impacto, apenas fueron detenidas 35: entre ellas un extorsionador, un feminicida, 9 asesinos, 8 pederastas, apenas 3 ladrones de autos, 8 secuestradores, 2 violadores, entre otros.
Una muestra de la capacidad de acción de la criminalidad y la ineficacia de los Cuerpos de Seguridad, fue el día 30 de noviembre cuando fueron asesinadas 8 personas en distintos puntos del Estado: 7 ejecutados, entre ellos una mujer en Coatzacoalcos y dos de ellos en Córdoba. Y un homicidio.
Además se reportaron 2 personas desaparecidas.
Llama la atención que de los 8 asesinados, sólo 3 fueron conocidos por la opinión pública, a través de los medios de comunicación. El resto, 5, no trascendieron.
Esta es la realidad de Veracruz, mientras los secretarios de Marina y de Guerra vinieron a recibir su medalla, cuando lo que deberían hacer es ponerse a trabajar y parar esta masacre de malandros producida por la corrupción de los Gobiernos.
Los delincuentes se sienten tan cómodos y a salvo, a pesar de la presencia de los titulares de la seguridad en el País, que no se paró la fiesta de los cadáveres, pues diciembre pinta para estar igual o peor que noviembre en materia de violencia e inseguridad.
Tan solo el fin de semana que vinieron por sus medallas los secretarios hubo 17 ejecutados.
Mejor deberían venir a ponerse a liderar el trabajo de sus soldados en lugar de a colgarse medallas.
Lo único que hacen es confiscar camionetas modelo 78 con unos cuantos bidones y detener a unos cuantos huachicoleros, en lugar de detener a los grandes compradores de combustible robado, como gasolineros y transportistas.
Y no sólo eso, la terrible violencia se debe a la impunidad en los Juzgados que también es producto de la corrupción. ¡’Moche’ y te suelto!