Tras cinco años de reconstrucción minuciosa, la Catedral de Notre Dame en París, ícono del arte gótico y emblema cultural, se prepara para reabrir sus puertas los días 7 y 8 de diciembre. La monumental obra de restauración, emprendida tras el devastador incendio del 15 de abril de 2019, devuelve al mundo una Notre Dame renovada, luminosa y con una mezcla única de tradición y modernidad.
Una conmoción de esperanza
El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó este viernes el renovado interior de la catedral junto a su esposa, Brigitte; la alcaldesa de París, Anne Hidalgo; el arzobispo Laurent Ulrich y otras autoridades. En su discurso, Macron calificó la reapertura como una “conmoción de esperanza”, destacando el simbolismo del logro para Francia y el mundo.
Desde la nave hasta la capilla de San Marcial, la visita mostró los impresionantes resultados de la restauración: muros blanqueados, una atmósfera iluminada y elementos icónicos como la estatua de Nuestra Señora de París, milagrosamente salvados del incendio. “Es sublime”, expresó Macron al ingresar al edificio, mientras la ministra de Cultura, Rachida Dati, destacó la nueva claridad del recinto.
Tradición y modernidad: los retos de la restauración
La reconstrucción ha respetado en gran medida la configuración original de la catedral, incorporando actualizaciones que elevan los estándares de seguridad. Uno de los mayores desafíos fue la reconstrucción del “bosque”, una estructura medieval de madera consumida por el incendio, para la cual se seleccionaron 1,200 robles franceses y se utilizaron técnicas tradicionales.
La emblemática aguja de 96 metros, diseñada por Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX, también ha sido fielmente reconstruida, mientras que las vidrieras recibirán actualizaciones con elementos contemporáneos, generando tanto admiración como debate.
En la capilla de San Marcial, la restauración recuperó los colores originales de los frescos, y nuevas piezas, como tapices del artista español Miquel Barceló, complementarán el mobiliario de la catedral.
Un esfuerzo titánico y global
La restauración de Notre Dame ha sido un proyecto de dimensiones épicas, movilizando a más de 2,000 trabajadores entre albañiles, carpinteros, arquitectos y talladores, así como a 340,000 mecenas de 50 países, quienes contribuyeron con un presupuesto de 700 millones de euros.
Durante su discurso, Macron agradeció a los involucrados por hacer posible lo que parecía imposible: “Habéis transformado el carbón en arte. Habéis logrado algo que parecía una locura”.
Un nuevo capítulo para Notre Dame
Aunque la reapertura oficial será en diciembre, las obras continuarán hasta 2030. Este renacer de Notre Dame es mucho más que una restauración arquitectónica; es un símbolo de resiliencia, unidad y esperanza para Francia y el mundo.
La catedral vuelve a brillar, no solo como un lugar de culto, sino como un legado universal que demuestra que, con esfuerzo y solidaridad, lo imposible puede convertirse en realidad.