
Redacción EBT
México.- Ricardo Monreal, al defender con entusiasmo a Miguel Ángel Yunes Márquez —un político formado en el PAN, partido que por años fue antagónico al proyecto de Morena— no solo recompensa el transfugismo, sino que normaliza la doble moral política. Su argumento de que Yunes fue “clave” para la reforma judicial plantea una pregunta incómoda: ¿Morena necesita ahora a sus antiguos detractores para cumplir su agenda?
- ¿Lealtad o conveniencia?
- Monreal elogia la “congruencia” de Yunes, pero omite que, hasta hace poco, este era un opositor al proyecto morenista. Si la ideología es flexible, ¿qué diferencia a Morena de los partidos que criticaba?
- Sheinbaum en la cuerda floja: Al validar figuras como Yunes, Monreal debilita el relato de unidad que la presidenta busca consolidar. ¿Cómo explicar que un “aliado” hoy fuera rechazado como militante morenista ayer?
Yunes no es un converso por convicción, sino por supervivencia. Su giro hacia Morena —después de años en el PAN veracruzano, brazo duro contra López Obrador— es un cálculo para mantener relevancia política.
- Historia incómoda: Mientras el PAN bloqueaba reformas estructurales de AMLO (como la energética), Yunes era parte de ese esfuerzo. Ahora, Monreal lo pinta como un “pilar” de la Cuarta Transformación. ¿Reescribir la historia es la nueva estrategia?
- Riesgo para Morena: Si acepta a personajes con trayectorias contradictorias, diluye su identidad y abre la puerta a críticas de que es un partido de oportunistas, no de principios.
- Morena enfrenta una paradoja: Para aprobar reformas, necesita votos; pero si los obtiene de exadversarios, pierde credibilidad. Monreal parece elegir el atajo, pero el costo es la erosión ideológica.
- Sheinbaum queda atrapada: Si avala estas alianzas, normaliza la incoherencia; si las rechaza, arriesga su gobernabilidad.
Monreal y Yunes simbolizan la mercantilización de la política: principios intercambiables por influencia. Aunque la reforma judicial se logró, la victoria huele a derrota moral. Morena, al depender de actores como Yunes, se asemeja cada vez más a los pactos opacos que decía combatir. Si el fin justifica los medios, ¿qué queda de la “transformación”?
Advertencia final: Si Morena no define si es un movimiento de bases o un refugio de tránsfugas, Sheinbaum pagará el precio con división y desencanto.
