¿Es cierto que en pleno año 2014 sigue habiendo actos de racismo?
Pues sí, por increíble que parezca, por más doloroso que esto sea, aún existen ineptos en este mundo que siguen discriminando simplemente por el color de piel.
Sin empacho, a la ligera, en un mundo en donde cada vez hay menos pena y educación. Aquí, en Europa, en Estados Unidos o en Sudamérica. En el futbol, baloncesto o beisbol. O hasta por la calle, hoy, con la mano en la cintura, uno puede hacer menos a otro simplemente por tener diferente color de piel.
Como si ellos, simplemente por eso, no tuvieran la misma capacidad o calidad moral.
En los últimos años por más que la FIFA y muchas organizaciones han tratado de hacer mucho hincapié en la sociedad para que esto deje de suceder, ha sido imposible lograrlo.
Concretamente en el futbol, hemos sido testigos en muchas ocasiones de actos racistas. Nunca olvidaré cuando Samuel Eto’o abandonó un terreno de juego en pleno partido al escuchar gritos desde la tribuna que simulaban a un chango cada que el camerunés tocaba el balón. Al llegar a la conferencia de prensa y tratar de explicar lo que sintió en ese momento, no pudo contener el llanto.
Kameni, ahora portero del Málaga, cuando defendía el arco del Espanyol de Barcelona recibió un plátano que fue arrojado desde la tribuna.
Apenas en la temporada anterior en el futbol de Europa, Balotelli fue insultado desde la tribuna por un sector de aficionados y a Dani Alves también le arrojaron un plátano en el Madrigal (estadio del Villarreal).
Esto lo hemos vivido y vuelto a vivir en distintos escenarios. Tanto en Europa como en otras ligas.
Pero yo por lo menos no recuerdo a un político discriminando a alguien tal y como lo hizo el señor Carlos Treviño Núñez.
Como lo dije desde un inicio, es inadmisible que a esta altura de la vida cualquiera se atreva a discriminar únicamente por el color de piel. Pero que lo haga un personaje que ya tuvo un cargo político, es aberrante.
Calificó de simio a Ronaldinho. Cómo reaccionaría el señor Carlos Treviño si alguien se atreviera a calificarlo a él como ratero o animal.
Ya su organización se encargará de tomar decisiones y sabrá qué hacer con él. Yo aquí no estoy para solicitar que el partido político que representa lo sancione de una forma ejemplar, pero sí como un ciudadano más me gustaría creer que nuestros políticos tienen un poco más de cacumen para entender que no porque una persona tenga un color de piel distinto se le puede discriminar con una mano en la cintura.
Qué pena con el futbolista brasileño que, entre esto y los suplentes que va a poner Tigres en su presentación, así ha vivido sus primeras horas en México.