AGENCIA
Puebla.- Una inusual situación ha generado sorpresa y debate en redes sociales, después de que se supiera que un grupo de niños y niñas en una escuela primaria del estado de Puebla se desmayaron mientras jugaban con una tabla de ouija.
Los hechos ocurrieron la tarde del viernes 22 de marzo de 2024, en la escuela primaria ‘Ricardo Flores Magón’, ubicada en la calle 87 A Oriente y Diagonal de la Mora en la colonia Granjas de San Isidro. Según informes, al menos 20 niños de sexto año de primaria participaron en una sesión de ouija, resultando tres de ellos en una crisis nerviosa y desmayándose.
Tras el incidente, paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) de la entidad y elementos de la Policía Municipal se presentaron en la escuela para brindar atención a los menores. Afortunadamente, ninguno requirió ser trasladado a un centro hospitalario.
Posteriormente, los padres de los niños fueron convocados por el personal de la dirección del plantel para informarles sobre lo ocurrido, momento en el que se supo que uno de los padres también había perdido el conocimiento.
Hasta el momento, se desconocen las causas de estos desmayos masivos y las autoridades continúan investigando el incidente. La escuela ha canalizado el caso al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) y ha instado a los padres a tener un mayor acercamiento con sus hijos, dialogar con ellos y evitar que participen en retos virales o prácticas que pongan en riesgo su seguridad e integridad.
La ouija es un tablero utilizado en ciertas prácticas espiritistas para supuestamente comunicarse con los espíritus u otras entidades sobrenaturales. Aunque su origen se remonta al siglo XIX en Estados Unidos, ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de los años.
Mientras algunos creen en su capacidad para contactar con el más allá, otros la consideran simplemente un juego o incluso peligrosa debido a su potencial para invocar energías negativas o causar disturbios psicológicos en los participantes.
El uso de la ouija está rodeado de creencias y prácticas variadas, y su popularidad ha persistido en la cultura popular hasta la actualidad, aunque casos como este reavivan el debate sobre su seguridad y efectos en quienes la utilizan.