Mariano Escobedo.- Al igual que en municipios del valle de Orizaba, en las faldas del volcán Pico de Orizaba cientos de niños esperan con ansias la llegada de los Reyes Magos que a diferencia de los primeros llegan entre el 7 y el 31 de enero a dejarles juguetes nuevos y usados.
Los niños de la sierra, donde se ubican comunidades pobres, conocen la fisonomía de los Reyes Magos por las representaciones que se comercializan y se difunden en las ciudades, sin embargo, no son éstas las que les llevan presentes, señaló Virgilio Cruz Medina, representante vecinal de la
comunidad Chiquila.
“Aquí se vive a veces de la caridad de las buenas personas, cada año suben en diciembre y en enero para donar ropa, cobertores, a veces utensilios de cocina; luego regresan las caravanas a donar juguetes a los niños”, señaló
el entrevistado.
Los Reyes Magos tienen distinto rostro, son hombres, mujeres y hasta niños que comparten los juguetes que ya no usan o que compran juguetes nuevos para regalarlos; algunos son particulares que por cuenta propia invierten gasolina y tiempo para recorrer cerca de 22 comunidades rurales de La Perla y Mariano Escobedo, ubicadas en
las faldas del Volcán.
Cada año participan grupos del Club Rotario, Club de Leones, asociaciones civiles, grupos religiosos e iniciativa privada como son cámaras empresariales o medios de comunicación para llevar a los niños un
momento de felicidad.
Cruz Medina dijo que siempre es grato ver la sonrisa de los niños al conseguir un juguete, y lamentó que en estas comunidades los padres de familia no tengan condiciones económicas para comprarles, porque muchos de ellos sólo perciben un salario mínimo al día para mantener a sus familias.
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