Córdoba.- Después de más de 36 horas del atentado en contra de uno de los autobuses de la línea Metro, el cual fue incendiado en el kilómetro 295 de la autopista México-Veracruz, además de que el chofer de dicha unidad fue golpeado y amenazado por delincuentes, de que lo harían “cachitos a él, a su familia y a la de los dueños de la empresa”, la Fiscalía Regional no ha permitido el acceso a las cámaras del C4 para identificar a los delincuentes.
Este es el tercer atentado a las empresas y propiedades de José Abella García y pese a existir un detenido por portación de arma de fuego en Cosolapa, e identificado como uno de los que incendiaron las instalaciones del periódico EL BUEN TONO, y que declaró que junto con otros 19 delincuentes le prendieron fuego, no ha procedido nada.
En el atentado del pasado miércoles, el operador del camión de la línea Metro fue privado de su libertad y bajo tortura, con una bolsa en la cabeza, llevado por hombres armados hasta el kilómetro 295 de la autopista México–Veracruz, donde detuvieron el camión, lo golpearon y posteriormente prendieron fuego al autobús frente al chofer para que llevara la amenaza al dueño.
Finalmente, el conductor fue abandonado cerca de una zona despoblada en la colonia La Luz Francisco I. Madero.
A pesar de la denuncia y todos los detalles, la Fiscalía Regional que encabeza Julio Rodríguez no avanza en la integración del expediente y sobre todo, identificar a través de las cámaras instaladas en donde ocurrieron los hechos, a los criminales.
