Neuralink, una de las compañías que financia Elon Musk, siempre fue un misterio. Desde su creación, hace más de dos años, sólo se supo que estaba trabajando en el desarrollo de una interfaz cerebro-computadora, pero nunca se supo exactamente cómo pretendía lograr este objetivo. Recién ayer, en el marco de una conferencia en San Francisco, Musk develó algunos detalles detrás de esta innovadora propuesta.
La compañía busca implantar pequeños hilos en el cerebro humano que permitirían, el día de mañana, controlar dispositivos o navegar con la web con el pensamiento. Esto podría servir a nivel terapéutico, y también podría tener otro usos.
Eventualmente se podría utilizar para comunicarse telepáticamente con otras personas o incluso para “descargase” un contenido digital en el cerebro. Sí, suena digno de ciencia ficción, pero ese podría ser el futuro.