AGENCIA
Pachuca.- En el municipio de Tianguistengo, Hidalgo, el poder no se distribuye, se hereda. Bajo la administración del alcalde Febronio Rodríguez Villegas, postulado por Morena y Nueva Alianza, el ayuntamiento se ha convertido en un negocio familiar donde al menos nueve parientes del edil ocupan cargos directivos, beneficiándose de recursos públicos en una comunidad sumida en la pobreza extrema.
Las denuncias presentadas ante la Contraloría de Hidalgo por regidores del Partido del Trabajo (PT) revelan una estructura de nepotismo descarado. La esposa del alcalde, Alejandra Rodríguez Escudero, funge como síndica; su cuñada, Gloria Rodríguez Escudero, maneja los fondos del municipio, mientras que su concuño, Eli Reyes Fuentes, ostenta la tesorería municipal. A esta red de favores se suman sobrinos, primos y suegros, quienes también reciben salarios del erario, sumando en total más de 90 mil pesos mensuales en sueldos para la familia del edil.
La opacidad es otra constante en este gobierno. Documentos de nómina proporcionados por el ayuntamiento al PT indican que Rodríguez Villegas gana 14 mil 213 pesos netos al mes, pero un análisis del tabulador de sueldos revela que su ingreso real es de 28 mil 426 pesos brutos, lo que sugiere un manejo discrecional de la información para minimizar el impacto de sus excesos.
Además del nepotismo, los denunciantes señalan la existencia de al menos 17 “aviadores” en la nómina municipal, entre ellos el abogado personal de la familia del alcalde, Aniceto Arrieta Campos, y Celia Rodríguez Hernández, identificada como trabajadora doméstica en la casa del edil, pero que figura como auxiliar del ayuntamiento.
El caso de Tianguistengo es un reflejo de cómo el poder en municipios marginados se usa para enriquecer a unos cuantos mientras la población enfrenta condiciones de vida deplorables. Con un 79.2 % de sus habitantes en situación de pobreza y más del 87 % sin acceso a seguridad social, la comunidad sigue esperando acciones concretas del gobierno estatal para frenar estos abusos.
El gobernador Julio Menchaca Salazar ya se comprometió a revisar otro caso similar en Tulancingo, pero hasta ahora, su administración no ha tomado cartas en el asunto en Tianguistengo. ¿Habrá consecuencias para estos excesos o quedará en otra promesa vacía mientras la corrupción sigue desangrando a los más vulnerables?
Morena es marca familiar; no hay nepotismo, solo son “emprendimientos familiares”.
¿No que Morena era diferente?
