AGENCIA
Baja California.- En un contexto político marcado por luchas internas y disputas de poder, la diputada panista de Mexicali, Alejandrina Corral Quintero, se encuentra en el centro de la controversia por sus cuestionables prácticas de nepotismo. Durante su tiempo en el Congreso, ha colocado a sus dos hijos, Carla Fernanda Enríquez Corral y Fernando Alberto Barraza Corral, en puestos clave dentro del Congreso del Estado, pero al servicio del grupo parlamentario de Morena, lo que genera múltiples interrogantes sobre la transparencia de estos nombramientos y su posible implicación en acuerdos de índole política.
Carla Fernanda, la hija de Corral, ocupa el puesto de “apoyo técnico y de servicios” dentro del Grupo Parlamentario de Morena, con un sueldo mensual de 15 mil 318 pesos, además de un aguinaldo anual de 25 mil 859 pesos. Por otro lado, Fernando Alberto, el hijo varón, se desempeña como “coordinador de padrones” dentro de la misma bancada, con un salario mensual superior a los 29 mil pesos.
Ambos cargos se dan en un contexto en el que los puestos dentro del Congreso deberían ser ocupados por personas que garanticen independencia y representatividad, sin embargo, la situación parece más un favor familiar dentro de un círculo político de intereses cruzados.
Este panorama se agrava en medio de la contienda interna del Partido Acción Nacional (PAN) en Baja California, donde se juega el futuro de la dirigencia estatal del partido. Alejandrina Corral, quien apoya la candidatura de Amintha Briceño Cinco, se encuentra en una posición incómoda al ser la madre de los dos empleados de Morena, lo que evidencia una aparente contradicción en su lealtad política y un uso personalista de los recursos públicos.
El nepotismo no solo se limita a sus hijos. Fuentes cercanas al Congreso de Baja California revelan que la diputada ha colocado a otros familiares y allegados en cargos clave. Un claro ejemplo de ello es Alma Carolina Armenta Medina, quien trabaja en el Sexto Tribunal Colegiado de Mexicali con un sueldo mensual de 103 mil 262 pesos. Armenta Medina, hija de Rubén Armenta Zanabia, un miembro influyente del Comité Directivo Estatal del PAN, también mantiene vínculos cercanos con la familia Corral, lo que refuerza las sospechas de que el acceso a ciertos puestos depende más de la afinidad familiar que de la capacidad o méritos profesionales.
La situación de nepotismo en Baja California refleja un patrón de favoritismo y manejo arbitrario de los recursos políticos, donde los lazos familiares parecen ser más importantes que el interés público. En este contexto, es necesario cuestionar hasta qué punto los sistemas políticos locales, en particular los partidos, han permitido que este tipo de prácticas se arraiguen, afectando la confianza ciudadana y el desempeño efectivo de las instituciones.
Mientras la sociedad exige mayor transparencia y ética en la política, el caso de Alejandrina Corral pone en evidencia las contradicciones y la falta de rendición de cuentas en el Congreso de Baja California. Este tipo de prácticas, que parecen favorecer los intereses familiares por encima del bien común, deben ser combatidas con firmeza para restaurar la confianza en las instituciones políticas del Estado.