- Existe el bueno y el malo
- Esta acción pondría en desventaja al país y crecería de golpe los costos laborales
ORIZABA.- Es necesario que no se fatalice el outsourcing, así lo manifestó el vicepresidente de programas Comerciales de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), Omar Kuri Ceja, al reconocer que el mayor problema es cuando se crea para una evasión fiscal, sin embargo, no se puede generalizar.
A nivel nacional se estima que la industria manufacturera en México opera con el esquema de subcontratación y menos del 40 por ciento en el sector automotriz, por lo que la iniciativa propuesta por el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, de modificar el artículo 13 donde se prohíbe la subcontratación de personal, según expertos, aumentará de golpe los costos laborales y pondrá en desventaja al país.
Según datos de la firma Mowat-Deloitte Legal, el 70 por ciento de las organizaciones han utilizado este mecanismo para administrar a su personal. En el país se tienen detectados 4.6 millones de trabajadores que son subcontratados; 4.1 millones son trabajadores que están contratados por otra razón social, práctica que se le conoce como outsourcing, misma que tendrá que modificarse en el caso de que se apruebe la reforma a la Ley Federal del Trabajo.
Sobre el tema, Kuri Ceja, indicó que “hay outsourcing bueno y está el malo y mientras no se vulneren los derechos laborales de los empleados y se cumplan con las contribuciones el outsourcing no tiene porqué ser visto como malo, el problema es cuando se crea para una evasión fiscal; no se puede generalizar”.
Explicó que “muchas empresas lo practican porque prefieren abocarse a su producción y a sus ventas en lugar de estar invirtiendo tiempo en procesos de contratación; entonces, para eso están las empresas especializadas para buscar los perfiles. Es muy difícil que a nivel nacional tengamos un estimado pero está muy abocado a las de mayor envergadura, las chicas no entran en este tipo de contratos”, concluyó.
*en cifras
La eliminación del outsourcing implica que las empresas paguen a sus empleados el 10 por ciento de sus utilidades por concepto de reparto (PTU).