De la Redacción
El Buen Tono
Región.- Mientras la sociedad progresa y enfrenta desafíos crecientes, los gobiernos sumergidos en su corrupción son incapaces de responder a las demandas actuales. Infraestructura, educación, salud, justicia y seguridad muestran signos de rezago crítico, lo que frena el desarrollo del país y afecta la calidad de vida de los ciudadanos.
Los hospitales están rebasados: faltan médicos, medicinas y atención para una población desesperada por servicios básicos de salud. Las universidades, como la UV, rechazan a cientos de jóvenes porque no hay más salones ni nuevas instituciones para cubrir la demanda.
La justicia es otro desastre. El 99% de los casos en las fiscalías no avanzan porque no hay fiscales ni jueces suficientes.
En seguridad, los delincuentes operan con impunidad mientras secuestran, roban y matan, y nadie los detiene.
La autopista Cd. Mendoza-Puebla, clave para el transporte nacional, sigue cerrada tras un derrumbe. La reapertura se pospone hasta abril porque el gobierno no puede –o no quiere– resolverlo de inmediato. ¿Por qué no usar maquinaria para despejar el camino? Este bloqueo asfixia la economía, obliga a rodeos interminables por Perote y atrasa todo el país.
Asimismo, el agua potable ya se raciona; las calles están llenas de baches que nadie repara, y cruzar casetas de peaje puede tomar hasta hora y media.
Es evidente que los gobiernos no están a la altura del crecimiento poblacional ni de las exigencias de servicios básicos funcionales.
Los gobiernos no sólo son incapaces de avanzar al ritmo de su población, sino que parecen empeñados en frenar su desarrollo.
