Hace unas semanas escuché un debate interesante sobre si era necesaria o no una ley de partidos políticos en nuestro país, se habló sobre los gastos de campaña, la trasparencia y rendición de cuentas, la vida interna de los partidos políticos, democracia, la selección de candidatos, equidad de género, partidos nacionales, partidos locales, candidaturas independientes, entre otros temas.
Asimismo se destacó el tema de que si un militante litigaba al interior de los partidos, era imposible su triunfo, por lo tanto mejor decide hacerlo en los tribunales, en este sentido se hace necesario fortalecer el cumplimiento y respeto del militante en la vida interna de los partidos políticos.
Actualmente, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) ocupa un capitulo amplio para regular a los partidos políticos, sin embargo, sus dirigentes buscan la forma de darle la vuelta, por lo tanto, entre más complejo sea el tema de la regulación, mas pretextos existirán para buscar esquivarlo.
Se reformó el acceso a los medios de comunicación, anteriormente los partidos políticos compraban esos espacios a los concesionarios dueños de las radiodifusoras y televisoras, actualmente corre a cuenta del Instituto Federal Electoral (IFE) asignar algunos de los espacios con que dispone el gobierno, cabe señalar que estos montos que utilizaban los partidos políticos fueron descontados proporcionalmente a cada uno.
En el anterior gobierno, surgió la reforma Constitucional para permitir las candidaturas independientes; sin embargo, no están reglamentadas, y menos se definen como tal en el Cofipe; estas candidaturas, de concretarse, tiende a ser minipartidos regionales o locales, puesto que quienes sean candidatos seguramente serán personas, hombres o mujeres, provenientes de algún partido político constituido, nos debemos preguntar ¿Qué pasará si alguno de ellos gana? Seguramente serán parte, más temprano que tarde, de un partido político.
Lo incongruente de lo anterior es que por un lado, se habla de abrir los espacios a las candidaturas independientes, sin reglamentar éstas, y por el otro, se debate y se ponen candados para que no surjan más partidos políticos, tanto nacionales como locales.
Lo lamentable de todo ello es que se ha difundido mediáticamente, y es parte de las mentes de los mexicanos qué partido político es sinónimo de dinero fácil o del erario; no se les dice la verdad a los ciudadanos, del recurso que asigna el gobierno a los partidos políticos, gran parte se aplica a la burocracia del IFE y una parte menor a los partidos políticos, lo que tampoco se le dice al ciudadano es que los recursos asignados del erario público a los partidos políticos, esa cantidad igual le asigna a uno que a muchos partidos políticos; es mentira que entre más partidos existentes se designan más recursos económicos, no es así, la bolsa es la misma para uno que para mil.
Como puede observar apreciable lector, son temas demasiado relevantes; no obstante existen muchos más que se deben analizar a profundidad y resolver siempre a favor del ciudadano, tal es el caso de la regulación del gasto público de los partidos políticos, la disminución de los recursos económicos públicos asignados a los partidos políticos, la regulación de inicio y término de las campañas de candidatos, los topes de gastos de campaña, la nulidad de candidaturas, que la normatividad de los partidos no sea letra muerta, pero cuidando siempre el respetar a su vida interna; la equidad de género en procesos internos de los partidos, la formación de cuadros, debiendo elevar el debate doctrinario entre los partidos políticos y sus actores de cara a la ciudadanía; si se fortalece ello, difícilmente se dará el transfuguismo; para tener partidos fuertes, se debe tener fuerza ciudadana, esto se podrá lograr mediante el cumplimiento de las ofertas políticas y control al interior de los institutos políticos, ente otros temas de la mayor importancia.
No obstante todo lo anterior, primero se debe analizar qué es lo que se quiere en función de lo que se tiene, para que de esa manera se pueda ver la necesidad de una Ley de Partidos Políticos que armonice la realidad del país y que contemple evitar a toda costa los acuerdos interpartidistas y la interpretación de los preceptos de ley. Si es así, vale la pena una ley en este rubro, de otra manera se debe continuar con el código actual. ¿Usted qué Opina?
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