Orizaba.- “La Navidad es la gran luz que ilumina las tinieblas, la acogemos quienes necesitamos claridad ante tantas situaciones que oscurecen el camino de nuestra vida comunitaria, confiando en que sólo así se logren cambiar las realidades que entristecen a la sociedad”, explicó el obispo de la Diócesis de Orizaba Eduardo Cervantes Merino, al acostar al Niño Dios en los nacimientos de la Capilla de Guadalupe y en el atrio de la Catedral.
Además, en la homilía pronunciada en la víspera de Nochebuena en el marco del Cuarto Domingo de Adviento, Monseñor pidió escuchar el mensaje: “Alégrate, el Señor está contigo”, lo anterior en medio de la crisis, del trabajo, de las inseguridades, los temores y amenazas no sólo en lo económico, sino en muchos aspectos.
Dijo que en medio de la vida ordinaria “el Señor nos envuelve en su gracia, que da sentido a la vida”, por lo que ante la cercanía de un año de elecciones y en una realidad nada fácil por problemas de tipo personal, familiar y social, el ángel junto con María transmiten la idea de que no hay razón para deprimirse o hundirse.
Además, llamó a la comunidad para que a partir de la Nochebuena se actúe en la vida diaria con un toque cristiano, que no se tengan miedo ante los acontecimientos que se viven en la actualidad “porque el miedo nos oscurece”, insistió, deseando a todos Feliz Navidad y estando presentes catequistas, personal involucrado con los grupos parroquiales, católicos e incluso turistas.
El Obispo pidió a los discípulos de Cristo estar alegres en lo ordinario, “hoy, en la sociedad, muchas voces se pronuncian como si la verdadera alegría ocurriera sin Dios. Hay muchos que rechazan el mensaje de Jesús y su Iglesia, pareciera que somos los aguafiestas con el mensaje del Señor. Existen alegrías pasajeras y aparentes, así es lo que nos propone una sociedad sin Dios”.
Sobre el tema, Helkyn Enríquez Báez como vocero de la Diócesis explicó que litúrgicamente la Navidad empieza con la Nochebuena y acaba con la solemnidad de la Sagrada Familia y que se celebrará el próximo domingo 31 de diciembre, sin embargo, insistió, por ser el nacimiento de Jesús “no debería tener límite, por ejemplo, el Día de las Madres” y que se debe festejar todo el año.
