Agencias
Chiapas.- En un acto de terror, los habitantes de la Sierra de Chiapas fueron forzados a abandonar sus hogares bajo amenaza de muerte por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS). Una mujer refugiada relató cómo los criminales irrumpieron en su casa, les exigieron sus teléfonos y les dieron dos horas para huir. Los desplazados, incluidos niños y ancianos, caminaron hasta cuatro horas en la madrugada desde Amatenango de la Frontera, Chiapas, hasta Ampliación Nueva Reforma, Guatemala, donde ahora se refugian 265 personas.
Mirtala Morales Velázquez, una guatemalteca que organiza ayuda humanitaria, se encontró con la multitud huyendo y solicitó camiones para trasladarlos a una escuela rural que ahora sirve como albergue. La mayoría de los desplazados salió solo con lo puesto, protegiendo a sus hijos y dejando atrás sus pertenencias y animales. El recorrido, que normalmente tomaría 20 minutos, se alargó debido a la necesidad de moverse entre brechas y en la oscuridad.
El refugio en Guatemala está resguardado por la Policía Nacional Civil y el Ejército Guatemalteco. A pesar de que han llegado víveres de organizaciones como Médicos del Mundo y ACNUR, así como de guatemaltecos solidarios, no ha habido apoyo del Gobierno mexicano. El miedo persiste entre los refugiados, quienes anhelan regresar a sus hogares en condiciones de paz, pero la guerra entre los cárteles continúa cerca de ellos.
