Orizaba.- “Las mujeres son más vulnerables al VIH-Sida debido a características biológicas, económicas, legales y sociales, viven en contextos de mayor desigualdad social y económica”, aseguró el integrante del Multisectorial, Jairo Guarneros Sosa.
Mencionó que las mujeres adquieren el virus a edades más tempranas que los hombres y se diagnostican menos tardíamente que a los hombres, pero durante los primeros cinco años de tratamiento se pierde el 37 por ciento de hombres y el 51 por ciento de mujeres, es decir, cuatro de cada seis hombres continuarán en tratamiento a los cinco años, mientras que en mujeres son tres de cada seis.
Informó que ya está conformada la Agenda Política en materia de VIH-Sida, desde el seno del Conasida y la Mesa de Mujeres, quienes fijaron como objetivo principal analizar, proponer y dar seguimiento a políticas públicas y programas encaminados a fortalecer la perspectiva de género y el enfoque de derechos humanos en la respuesta nacional (promoción, prevención, tratamiento y atención integral) al VIH, a través de acciones que disminuyan la condición de desigualdad y vulnerabilidad de las mujeres.
De acuerdo a la estimación, indicó que en México son 238 adultos y niños con VIH y 953 con Sida, en el caso de las mujeres con ambos padecimientos, es decir, el 21 por ciento del total, lo que significa que una de cada cuatro personas infectadas son mujeres, el 60 por ciento está viva y el 86 por ciento tiene de 15 a 49 años de edad, en tanto en el 93 por ciento de los casos la infección fue transmitida sobre todo por su pareja estable.
Lamentablemente, señaló, “la proporción ha crecido de manera sostenida en los últimos años, ya que en el 2000 las mujeres representaban únicamente el 16 por cieno del total. En el 2014, mil 600 mujeres adquirieron el VIH en México, lo que representa el 21 por ciento de las nuevas infecciones”.
Destacó que la epidemia del VIH afecta de manera diferente a hombres y mujeres, por ello, es importante visualizar la vulnerabilidad estructural femenina, incluyendo a las más jóvenes, a las mujeres transgénero y la violencia de género como factores de riesgo.
Resaltó que “son dos los factores más importantes que están afectando de manera irreparable como es la desigualdad persistente entre ellas y los varones, y por la discriminación atribuible al género, situaciones que se sostienen en normas y estereotipos, también persistentes, que promueven las relaciones sexuales sin protección, el inicio de la vida sexual temprana entre las niñas y que obstaculizan el acceso a servicios de salud integrales que incluyan servicios combinados de atención al VIH y a la salud sexual y reproductiva”, señaló.
