Córdoba.- Por cuestiones culturales, mujeres de todas las edades viven con distintos tipos de violencia y ni el hombre ni la fémina reconocen la agresión.
Las estadísticas reflejan que las mujeres aún piden permiso para trabajar, para salir solas a la calle e inclusive mantienen la idea de que la violencia es algo de familia.
Mañana sábado 25 de noviembre se conmemorará el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
De forma concreta, no hay una institución que haya logrado medir los casos de violencia que se viven en cada País o Estado, pues en la mayoría de estos no se denuncian o reconocen, debido a que se relacionan con las agresiones físicas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2011 63 de cada 100 mujeres de más de 15 años declaró haber padecido algún incidente, ya sea por parte de su pareja o de cualquier otra persona.
Las mujeres más expuestas a la violencia son las de 30 a 39 años de edad. De éstas, el 68 por ciento ha enfrentado al menos un episodio de abuso.
La violencia como fenómeno cultural
En el Instituto Cordobés de las Mujeres por la Igualdad se ha detectado que cerca del 70 por ciento de las mujeres que son atendidas presentan algún problema de este tipo.
Sin embargo, también se ha descubierto una falta de atención cuando los casos no están relacionados con la violencia física o feminicida, pues aunque existen diversas modalidades, como la emocional (la cual es una de las más frecuentes), no se les brinda el apoyo necesario.
Aunque en los últimos años se ha dado un mayor involucramiento de la mujer, tanto a la vida económica como a la política, no hay respeto al derecho de igualdad.
“En la vida diaria no se siente una relación entre hombres y mujeres”, dijo la titular del Instituto Cordobés de las Mujeres.
Uno de los principales problemas es la naturalización de la violencia, pues muchos actos de control y sujeción son aceptados tanto por hombres como por mujeres.
Tan grave es la situación, que la violencia ha llegado a ser considerada como una prueba de amor entre los jóvenes.
Este fenómeno cultural incluye la no aceptación, no sólo entre las mujeres, sino también entre los hombres.
Una vez que se logre crear conciencia sobre el tema se podrá definir el panorama, ya que no se pueden tomar en cuenta los números de una dependencia, pues se han detectado casos en los que, ya estando en las instalaciones de la Fiscalía, las víctimas se retractan.