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Muertos de Calderón siguen a Margarita

Superiberia

México.– “¿Sería su esposo un lastre?”, pregunta Jorge Ramos, el periodista de origen mexicano que es, hoy, uno de los hombres más influyentes de Estados Unidos. “En otras palabras: los mexicanos recuerdan que cuando él  (Felipe Calderón), fue Presidente hubo por lo menos 70 mil muertos durante su gobierno. Pocos recuerdan, con toda honestidad, que usted haya criticado las políticas de su esposo. Entonces muchos temen que si usted llegara a la Presidencia podrían ser otros 70 mil muertos. ¿Cómo se distancia de su esposo?”.

Margarita Zavala de Calderón estaba en el programa Al Punto de Ramos en Univision. La entrevista empezaba. Le cambió el rostro de uno jovial a otro oscurecido.

 

“Bueno, por una parte me parece que esa parte (los muertos) obedece más bien a otras cosas y no a cosas que se hicieron desde el Gobierno”, argumentó. No dio muchas más explicaciones. No habló de cuál sería la estrategia que seguiría, distinta a la de su esposo y a la de Enrique Peña Nieto.

 

El ser esposo de, o esposa de, no te anula como persona ni te hace idéntico a esa persona, ni te subordina”, dijo la ex Primera Dama de México y quien reveló este mes sus intenciones de buscar la Presidencia del país en 2018. 

 

Los muertos durante la guerra lanzada por Calderón han sido tema en Estados Unidos desde su destape anticipado. También lo son en México y lo son, incluso, en España.

 

–Su marido desató una brutal lucha contra el crimen organizado, que acabó con 70 mil muertos y 23 mil desaparecidos. ¿Cómo lo enjuicia? –preguntó el periodista Jan Martínez Ahrens de El País, en una entrevista reciente.

 

–Lo que no podía hacerse era soslayar el problema. Y eso fue uno de los dramas –respondió ella.

–¿Pero cómo enjuicia lo que ocurrió? ¿Volvería a hacerlo?

–Hay que enfrentarse al crimen organizado.

–¿Pero de la misma forma?

 

–Como Estado no había ninguna otra opción que enfrentarse así al crimen organizado. Al mismo tiempo, hubo reformas para fortalecer las instituciones y una estrategia integral. Muchas luchas en el interior de las bandas se han atribuido a las fuerzas de seguridad. El error del Presidente radicó en creer que suponían la gran transformación. Esto pasa por garantizar el Estado de derecho, no por producir leyes.

 

–Pero hubo abusos de las fuerzas de seguridad –insistió Jan Martínez Ahrens.

 

–Ahí donde los haya, el Estado tiene que perseguirlos. Aunque a veces ni es tan fácil ni es tan cierto que haya abusos, todas las violaciones de derechos humanos deben ser castigadas.

 

–¿Si llegase al poder practicaría la misma política?

–Las circunstancias son distintas ahora.

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