JERUSALÉN. Los disturbios y ataques continuaron en Israel y Palestina en una jornada que se inició con un incendio provocado en la Tumba del Patriarca José, en Cisjordania, y que acabó con cinco palestinos muertos, un centenar heridos y un soldado israelí herido en un apuñalamiento.
Durante la madrugada, un amplio grupo de palestinos atacó la Tumba de José con cocteles molotov y bombas incendiarias, provocando un incendio que dañó severamente el complejo antes de ser controlado por las autoridades palestinas.
El ataque fue condenado por la ONU y la comunidad internacional y, también por el presidente palestino, Mahmud Abbas, que anunció un comité para investigar los hechos y lo calificó de “acto irresponsable” que no refleja sus principios “ni los del islam”.
La violencia contra ese lugar, venerado por judíos, cristianos y musulmanes, se enmarca en la nueva crisis que vive la región y en el hecho de que, una vez al mes, autobuses con religiosos judíos entran a visitarlo por la noche protegidos por fuerzas de seguridad.
Muchos palestinos consideran estas visitas, coordinadas entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), una provocación y una violación de su territorio, puesto que la tumba está situada en el Área A de Cisjordania, la única donde los palestinos tienen control tanto administrativo como de seguridad.