Atzala, Pue.- Elideth de tres meses de edad, vivió sus últimos momentos al lado de la pila bautismal. Ella junto con otras 11 personas, murió aplastada por el techo de la iglesia de Santiago Apóstol cuando era bautizada en este municipio.
Luego de varias horas de trabajo por parte de los pobladores, las familias Flores Villanueva y Torres de León fueron sacadas sin vida de entre los escombros. Ahí estaba la bebé junto a su madre muerta y su papá, quien se encuentra grave en un hospital de la ciudad de Puebla. Todos asistían a la misa a las 13:14 horas de ese fatídico martes, cuando un sismo magnitud 7.1 grados no los dejó salir con vida del templo.
Al día siguiente, los cadáveres de siete de ellos fueron velados en una humilde casa de ese municipio. Sólo una cinta, con su nombre escrito, identificaba a quién pertenecía cada féretro.
Azucena, Fidelia, Susana, Florencio, Carmen, Feliciana, Aurelia y Samuel asistieron a una celebración y ya no regresaron. Con ellos también estaba Jacinto Roldán Capistrán, quien era regidor de Gobernación en Chietla.
Mientras, en la iglesia de Santiago Apóstol autoridades ya trabajaban en destruir lo que quedó en pie de la construcción, debido al peligro que representaba para la gente.
En Atzala, además de ese sitio, también tuvieron afectaciones la Biblioteca Pública, la Casa de Cultura, el quiosco y las oficinas del comisariado ejidal.
