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Movimiento Naranja arranca en Córdoba con evento deslucido y sospechas de nepotismo

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Efraín Hernández
EL BUEN TONO

Córdoba, Ver.- Lejos de representar una bocanada de aire fresco en la contienda electoral, el arranque de campaña de Samantha Vicenttini al frente del Movimiento Naranja dejó más dudas que certezas. Con un acto raquítico, en un estacionamiento sin mayor convocatoria ni contenido político, la candidata a la presidencia municipal exhibió las debilidades de un proyecto que, más que aspirar a gobernar, parece diseñado para preservar intereses familiares enquistados desde hace años en el poder local.

El evento, realizado en un predio sobre la avenida 2, apenas logró reunir a una veintena de simpatizantes. Sin respaldo ciudadano tangible ni presencia de liderazgos relevantes, fue descrito como “gris” y “carente de rumbo”. Las redes sociales intentaron maquillar el vacío con mensajes prefabricados, pero el contraste con la realidad fue evidente. La improvisación se notó tanto en la logística como en el discurso, plagado de generalidades y sin propuestas concretas para Córdoba.

Aunque la aspirante dice encabezar un proyecto ciudadano, resulta imposible ignorar la figura del Dr. Emilio Sacre, operador político del partido y artífice del grupo que desde hace años ha encontrado en el presupuesto municipal un modo de vida. Detrás del supuesto empoderamiento de nuevas figuras, lo que se perfila es una maniobra para colocar en la regiduría primera a Nayibe Sacre González, hija del mencionado exfuncionario. Una jugada que, según fuentes internas del partido, fue orquestada desde antes del inicio formal de campaña.

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