Córdoba.- Se consagra el primer monje benedictino en la Diócesis de Córdoba y de Veracruz, quedando entre uno de los cinco ermitaños que hay en todo México. Javier García Parada realizó sus votos de perpetuidad, castidad perfecta, obediencia, estabilidad, conversión permanente y bajo la regla de la Santa Cruz.
Quien vivirá en la ermita construida en la comunidad de San Diego en Huatusco, hasta el fin de sus días, al realizar sus votos expresó sus deseos de fe en la Catedral de la Inmaculada Concepción ante el Obispo Eduardo Patiño Leal, quien realizó la ceremonia de ordenación, sacerdotes, religiosas, familiares, feligreses; el Prior superior de Cuernavaca, así como el hermano Prior de Jacona Michoacán de la Orden Benedictina Trapense.
CONVERSIÓN
“Prometo estabilidad, conversión de vida y obediencia, hasta el día en que Dios mismo me llame a juicio el día de mi muerte, según la regla de la Cruz aprobada para mi eremitorio, en esta Diócesis de Córdoba”, dijo el monje benedictino.
Expuso; “después de hacer un tiempo de experiencia y de una prolongada deliberación en completa libertad, deseando abrazar el género de vida más estrecho te pido Padre humildemente, poder hacer la procesión la procesión perpetua como ermitaño diocesano”.
Al tener la opción de una vida eremítica, -que quiere decir en soledad-, imita a monjes del desierto de los primeros siglos de la iglesia católica.
Los monjes ermitaños, comen de lo que cosechan y siembran, al mismo tiempo se mantienen en oración a lo largo del día, imitan a San Benito que dividía el día en tres, “descanso, trabajo y oración; ora y trabaja”.
Él quiere imitar a San Benito, desde hace tres años, recomendado por sus propios formadores, directores espirituales, después de cumplir con unos estudios que le pidió el Obispo que realizara, él decidió emprender esta vida.
Sofía Dorantes Chavez
El Buen Tono