Por: Andrés Timoteo / columnista
En Veracruz, un estado que se ha caracterizado por su tolerancia y apertura -por algo tiene el Puerto más importante en la historia del País que ha sido la entrada de personas e ideas diversas-, paradójicamente la ultraderecha gobierna legislativamente. El Veracruz de Benito Juárez y todos esos hombres liberales de la Reforma, que moldearon al País en la laicidad y las ideas libertarias, hoy es la jauja de la ‘mochería’.
La jerarquía de la Iglesia Católica y sus apéndices, las organizaciones ultraconservadoras, tienen doblegados a los congresistas, impidiendo cualquier reforma legal que reconozca el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, que reconozca el matrimonio igualitario, que modernice el concepto de familia, y que elimine toda discriminación por preferencias sexuales, convivencia filial o decisión de procrear o no.
Hoy los ‘mochos’ están histéricos y sus amanuenses -entiéndase diputados panistas y afines- maniobran contra lo inevitable: el avance de la razón jurídica sobre el fanatismo -que no fe- oscurantista porque un Juez de Distrito ordenó a la Legislatura acatar la Segunda Alerta de Violencia de Género emitida por la Secretaría de Gobernación en diciembre de 2017.
Esta Alerta por Violencia de Género señalaba el atropello jurídico contra las féminas, porque no se les permite la libertad de interrumpir el embarazo cuando lo decidan. Por eso, dicho mandato ordena la modificación a los artículos 149, 150 y 154 del Código Penal para el Estado, pero los Legisladores locales no lo acataron y retardaron todo lo posible cumplir con esa alerta de género.
El pasado 03 de julio, un Juez de Distrito emitió una sentencia para que el Congreso Estatal lo haga, bajo la advertencia de ser acusado de omisión legislativa e iniciar un proceso sancionador. Es más, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de sus agencias para Derechos Humanos, de Igualdad de Género y de Población, respaldó el fallo judicial y llamó al Poder Legislativo en Veracruz a cumplirlo.
Con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, “el aborto será tratado como un tema de salud pública y no de política criminal”, expuso el organismo internacional, pero aún así los necios y fanáticos no ceden. Ahora -y noten el chiste que se cuenta solo- el todavía presidente de la Junta de Coordinación Política, Sergio Hernández, un analfabeto irredento, anunció que combatirán tal sentencia con un amparo judicial.
Vaya caso tan grotesco, un individuo que ni siquiera concluyó su carrera en Derecho pretende recurrir a instancias judiciales para obtener una venia jurisprudencial, aunque tal anuncio no es un asunto jurídico sino de fanatismo. El panista Hernández y la mayoría de la bancada panista están atrapados en la irracionalidad religiosa que los bloquea en su desempeño público. No irán muy lejos, tarde o temprano tendrán que cumplir con el mandato judicial, antes del 31 de julio, según lo establece el ordenamiento judicial.
LES VA MORENA
Por lo pronto, ayer los mismos conservadores intentaron dar un albazo legislativo al llevar a votación la iniciativa de una de las agrupaciones más reaccionarias del catolicismo, “Más vida, más familia”, que propuso ‘blindar’, o sea, hacer intocables -vaya locura si las leyes son perfectibles- los conceptos de “matrimonio” y “familia”. Obviamente, el objetivo era cerrarle el paso a una eventual legislación que buscara legalizar el matrimonio igualitario, es decir, la convivencia legal entre personas del mismo sexo.
También abrir la puerta a que los grupos católicos y ultraconservadores pudieran exigir legalmente a los centros escolares eliminar clases que, según ellos, promuevan la llamada “ideología de género”. Es decir, impedir que en las escuelas se eduque a los niños sobre conceptos de homosexualidad, igualdad de derechos y matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la potestad homoparental -que los pequeños tengan dos papás o dos mamás-.
Los panistas y priistas en el Congreso Local llevaron esa iniciativa a votación y no alcanzaron la mayoría calificada -34 votos- para aprobarla, así que se desechó. Fue, por supuesto, un revés para la Santa Iglesia Católica y sus grupos intolerantes. La ‘mochería’ está histérica, se insiste, y no tardan en salir a la prensa los obispos lanzando anatemas, pero lo importante es que ya no hay elecciones en puerta y los ensotanados no podrán chantajear más con campañas o contra-campañas desde el púlpito.
Y el panorama para los retardatarios no es halagador, pues Morena llegará a gobernar la Entidad -sin ser albur ni mucho menos, el aviso para los ‘mochos’ es: ahí les va la Morena-, algo de lo positivo de la alternancia que decidieron los veracruzanos el pasado 1 de julio. Además, fue precisamente una diputada local de ese partido, Daniela Griego Ceballos, hoy diputada Federal electa por el Distrito de Xalapa, quien propuso la despenalización para la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas, iniciativa que sigue en la ‘congeladora’ por maniobras de los panistas.
La diputada Griego Ceballos fue blanco de ataques lanzados desde la Arquidiócesis de Xalapa que, en un comunicado, la acusó de “malvada, perversa, criminal, violenta y asesina”, así como de las organizaciones derechistas que son manejadas desde la curia. Pues eso se les revertirá porque también Morena tendrá mayoría en la próxima Legislatura y posiblemente cabildee el número calificado para cambiar las leyes que promovieron en las cuatro Legislaturas anteriores.
No hay que olvidar que desde tiempos del innombrable, también por presiones de la Iglesia Católica se modificó el Artículo 4 constitucional para introducir la frase de que “el Estado garantizará el derecho a la vida desde su concepción”, concepto que fue refrendado en el sexenio de Javier Duarte y hasta en este bienio.
Y la terca memoria siempre: ¿Quién estuvo presente en la ceremonia del 23 de agosto de 2016, realizada en el colegio católico Rougier del Puerto de Veracruz, cuando el entonces gobernador Duarte de Ochoa promulgó ese decreto que pomposamente llamó: “Ley Sí a la Vida”? Acertaron, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, quien aplaudió a rabiar y definió a Duarte como un ‘hombre de Dios’. Era cuando santificaba a los demonios que obedecían la doctrina católica.
LA ‘PAGA’ Y LA ‘PACA’
En los ecos postelectorales, hacía días, el todavía dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la entidad, Américo Zúñiga, afirmó que se iniciarán procesos de expulsión a militantes que traicionaron al Instituto y al candidato a la Gubernatura, José Yunes Zorrilla, ya que trabajaron para las campañas ajenas, especialmente para Morena y Acción Nacional.
Pero si en el PRI pretenden hacer efectiva la justicia partidaria tendrían que empezar por los grandes felones que todavía siguen ahí. Uno de los más visibles es Héctor Yunes Landa, quien fingió ser el coordinador de la campaña en Veracruz del candidato presidencial, José Antonio Meade, pero operó a favor de Andrés Manuel López Obrador y de su candidato local, Cuitláhuac García Jiménez. Lo anterior a pesar de las prebendas que recibió anticipadamente de los partidos que conformaron la alianza “Por un Veracruz mejor”, el PRI y el PVEM.
Yunes Landa fue beneficiario de cinco diputaciones, una federal para él mismo, por la vía plurinominal, y cuatro locales también plurinominales, tres en el Revolucionario Institucional para sus incondicionales y una en el Verde Ecologista para su hija, la rijosa. Aún con ello cometió felonía, pues promovió el voto por los candidatos de Morena, a sabiendas que perdiendo ganaba por varios costados. Y el asunto no acaba allí, porque si a Yunes Landa no lo expulsan ahora, en breve se irá él por cuenta propia, campante y con otra tajada más. Esto porque tanto él como sus allegados aseguran que comenzarán los trámites para que la organización, hasta el momento casi fantasmal, Alianza Generacional, sea elevada a organización política y posteriormente a un partido político de alcance estatal. Es decir, busca formar el PAGA o Partido Alianza Generacional, que en el acróstico lleva la esencia de su objetivo.
La organización PAGA de Yunes Landa buscará ser otro de esos partidos-parásitos que a nivel estatal se han creado en los últimos años para medrar de las prerrogativas y ser una especie de franquicias que se alquilan al mejor postor, según corran los tiempos electorales. La intención es que el PAGA haga las mismas funciones que hizo el desaparecido Partido Revolucionario Veracruzano (PRV) en el sexenio del innombrable o el Partido Alternativa Veracruzana (AVE) con Javier Duarte.
Así, el próximo gobernante, Cuitláhuac García, tendría su PAGA, siempre a su servicio, si le cumple a Yunes Landa el capricho de hacerse con un Partido local. El nuevo proyecto partidista tiene ya asegurados cuatro diputados locales que dejarían al PRI sin bancada en el Congreso Local, y al PVEM sin representación parlamentaria. O sea, Yunes Landa ya prepara la última puñalada a su Partido de origen, antes de irse con el botín, borrarlo del Poder Legislativo.
Pero no es el único caso de felones sin tapujos. Se sabe también que la organización de choque denominada Antorcha Campesina buscará convertirse en asociación política y luego también en un Partido político. El proyecto es nacional, pero la orden ha sido buscar también los registros estatales, sobre todo en aquellas entidades que a mediano plazo tendrán elecciones locales.
En Veracruz habrá comicios municipales y legislativos en el 2021, por lo que los ‘antorchos’ buscarán ser un partido consolidado, el PACA o Partido Antorcha Campesina, antes de ese año. El modelo que seguirá será el que en su momento hizo el también ya desaparecido Partido Cardenista, del cordobés Antonio Luna y que en el sexenio de Duarte de Ochoa fue avituallado con recursos públicos.
Serán las nuevas rémoras de los partidos más fuertes -a nadie extrañe que en el 2021 se vea una alianza Morena-PAGA-PACA- con las que se pretende medrar del erario al recibir financiamiento público una vez que obtengan el registro como partidos locales. Son viejos chanchullos que buscarán reeditarse y cuya finalidad no es la representación popular sino el dinero público. Nada más conociendo a sus líderes, Héctor Yunes Landa y Samuel Aguirre Ochoa, basta para confirmar que atrás no hay nada honesto.