Por: Armando Fuentes Aguirre / columnista
Un hombre se puso a buscar una aguja en un pajar. Inutilmente, la buscó y no pudo hallarla.
Eso se explica. Sólo hay una cosa más difícil que hallar una aguja en un pajar, y es hallar dos agujas en un pajar. O tres, o cuatro, o cinco. Claro, la cosa se vuelve más sencilla cuando a fuerza de acumular agujas qué buscar haya en el pajar más agujas que paja. Pero ese no es el caso de que hablo. En el pajar había sólo una aguja, y el hombre no la pudo hallar.
Se le ocurrió entonces una idea para hallarla.
Prendió fuego a la paja. Pensó que quemando el pajar le sería más fácil encontrar la aguja.
Después del incendio tampoco pudo hallar la aguja.
Eso también se explica. Encontrar una aguja entre las cenizas es más difícil aún que encontrar una aguja en un pajar.
Este relato tiene una moraleja: no se debe incendiar un País para buscar la solución de sus problemas.
¡Hasta mañana!…