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El Minutero

Superiberia

 

LAS NOVIAS DE RANCHO

 

Los líderes empresariales en Córdoba son como pudorosas doncellas rurales, llenas de ingenuidad que sucumben al primer piropo del galán foráneo. Las engañan la primera vez, y ceden a una segunda, las vuelven a engañar y vuelven a ofrecer su candidez por tercera ocasión. Eso quedó patentizado el lunes pasado cuando el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez sostuvo una encerrona con los presidentes de Canacintra, Canacar, Coparmex y otros colados, a los que les endulzó el oído.

 Extasiados como las muchachas de pueblo cuando les prometen llevarlas al altar a cambio de dar la prueba de amor, los representantes empresariales le otorgaron el “voto de confianza” a quien va de fracaso en fracaso en materia de seguridad pública. Se les olvidó el enojo y el padecimiento de los ciudadanos de a pie y por poco agarran a besos al funcionario estatal. En menos de tres horas se les bajó lo envalentonado que la semana pasada los llevó a convocar a una conferencia de prensa para exigir mayor seguridad luego del asesinato del maestro Luis Sáinz Sánchez.

 Es de risa el acuerdo firmado tras dicha encerrona: de Jalapa enviarán 15 policías en una semana para cuidar a todos los cordobeses. Vaya, 15 policías es la tercera parte de los 45 agentes que el propio Bermúdez tiene asignados para su seguridad personal, cuarenta y cinco agentes para cuidarlo a él solo. Esos quince policías que le enviarán a los cordobeses es el mismo número que tiene el procurador Luis Ángel Bravo Contreras de guardaespaldas. La comparación lleva a la burla, 15 policías para 200 mil cordobeses y 15 policías para cuidar a un solo hombre, el procurador, y 45 agentes para el propio Bermúdez.

 También acordaron que van a mandar a capacitar a otros 150 policías para sumarse a la vigilancia en Córdoba. El entrenamiento comenzará en octubre pero finalizará 45 días después pues ese es el plazo mínimo que requiere una formación de ese tipo. O sea que los cordobeses tendrán que esperarse hasta mediados de diciembre para que lleguen refuerzos a combatir el crimen. Y peor aún, es una cifra pírrica pues si se realiza un simple cálculo sobre el número de habitantes en la ciudad, a cada policía le tocará cuidar a mil 300 cordobeses.

 Ante eso, los que firmaron el acuerdo bien  podrían mandara publicar un anuncio dirigido a los delincuentes que diga lo siguiente: “Señores ladrones, secuestradores, extorsionadores y asesinos, favor de esperar hasta diciembre para hacer sus delitos porque en estos momentos nuestro personal policiaco está en capacitación”. Si lo hacen, seguramente los compresivos malhechores lo entenderán y harán una pausa en su actividad. ¿No creen?. Los sarcásticos calificarían ese acuerdo hecho entre Bermúdez y los líderes empresariales como engaña-bobos.

 Quizás lo nuevo de esa reunión fue que se reconoció al fraccionamiento San José como uno de los “nueve cuadrantes más peligrosos” de la ciudad aunque  si esos quince policías que llegarán esta semana se dividen entre el numero de lo que llaman “ cuadrantes peligrosos” pues tocará uno o tal vez dos agentes por cada colonia, y al menos que ellos sean una especie del super héroe de película, Rambo, podrán enfrentar a la delincuencia organizada porque de otra forma solo llegarán a simular que vigilan o a barrer las aceras. ¿No suena a una tomadura de pelo?.

 El secretario de Seguridad Pública acaba de mandar a publicar una entrevista pagada en un diario de la ciudad de Jalapa en la que habla de una “súper-policía de élite” que tiene armamento capaz de derribar a un avión en pleno vuelo. La corporación se llama “Fuerza Civil” y jura que sus dos mil integrantes saben  manejar desde un triciclo hasta un barco o una aeronave de guerra, trabajan las 24 horas y cinco idiomas. ¿Por qué no mandan a Córdoba a varios de esos súper-agentes en lugar de agarrar de tontos a los líderes empresariales con bisutería?.

 

TRES VECES TE ENGAÑÉ…

 El que se llevó las palmas en esa reunión fue el alcalde Tomás Ríos Bernal, quien endureció la voz, frunció el ceño y desafió  al secretario de Seguridad Pública con ¡¡pagar el sueldo de 120 de esos policías!!. Seguramente a Bermúdez le temblaron las corvas al escuchar tan fuerte posición del panista.  En lugar de exigir cuentas y resultados sobre las acciones en materia de seguridad pública, saca el cajón del dinero que hace falta en obra pública, y lo dispone para pagar el salario de los agentes pese a que hay partidas federales, como el Subsidio a la Seguridad Muncipal (Subsemun) y presupuesto estatal también para ese rubro.

 Ríos Bernal se zafó del compromiso que tiene antes los cordobeses de exigir que haya condiciones de seguridad, sacando los billetes –que es dinero ajeno- como sobrará de las arcas municipales. ¿Por qué no le puso un ultimátum para que manden la policía de élite de que habla Bermúdez o que se gestione la llegada de la Gendarmería Nacional?. ¡Valiente edil de sorbete!. Y el rosario de perlas no se detuvo ahí, lo aderezó el director de Comercio, Juan Paul González Rannauro, recomendado del diputado Juan Bueno Torio que casi inmediatamente después de la reunión reveló para que se ocuparán los policías estatales.

 No serán para combatir al crimen organizado sino para ¡¡perseguir a los vendedores ambulantes!!. Dijo que durante los días de festejos patrios las personas que intenten vender garnachas, globos, matracas, pepitas, silbatos y trompetas en la vía pública pero que no hayan pagado su respectivo permiso, serán detenidos por los efectivos del Mando Único.

Así, la decisión del ayuntamiento cordobés no es ocupar los escasos policías en darle seguridad a los pobladores, en evitar robos a casa-habitación, los asaltos a comercios, impedir secuestros o inhibir que se cometan  homicidios sino en corretear a los vendedores de chucherías y fritangas que no paguen la  “mordida” a González Rannauro.  No, si para ineficiente no se estudia.

 Pero regresando a la reunión entre los empresarios con Bermúdez Zurita, en la misma no se tocó ni mucho menos se obtuvieron acuerdos en  lo medular. Por ejemplo no le pidieron a Bermúdez su renuncia, lo que debió ser lo justo ante el desastre que hay en Córdoba y el fracaso de los operativos policiacos. Al contrario salieron de la encerrona diciendo que le daban un “voto de confianza”  y que  lo nombrarían santo patrono de la iniciativa privada cordobesa.  Tampoco nada hubo sobre las pesquisas para dar con el asesino del maestro Luis Sáinz. Ni una palabra sobre las decenas de secuestros contra los ciudadanos cordobeses mismos que se cometen a plena luz de día y enfrente a los policías estatales. 

Silencio total sobre casos específicos de jóvenes “desaparecidos” que fueron detenidos por la corporación policiaca. Y como se mencionó líneas arriba, esos  líderes empresariales son como las doncellas del pueblo, los engañaron con el Mando Único Policial hace un año, los engañaron con el “Blindaje Córdoba” hace tres meses y el lunes pasado los volvieron a engatusar con los 150 policías que apenas van a mandar a capacitar. Seguramente el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, se debió regresar a Jalapa en su helicóptero blindado tarareando aquella canción de Paquita la del Barrio: tres veces te engañé…

 Pero si sirve de consuelo, los cordobeses no son los únicos a los que agarran de tontos. También a los pobladores de  sur del estado les aplicaron el mismo método se dio a conocer que, ahora sí, reforzarán la vigilancia policiaca en la región con el operativo “Blindaje Minatitlán”  -el “Blindaje Coatzacoalcos” ya está vigente desde hace tres meses-  y les enviarán 350 efectivos entre militares y policías.

 Lo malo es que, como se dijo, tal despliegue de fuerzas del orden no es por el clamor de los ciudadanos que el domingo salieron a marchar repudiando la ola de violencia en el sur de la entidad  sino por las inversiones que traerá la reforma energética y por ende, los policías se avocarán a cuidar los intereses empresariales que circundan las instalaciones petroleras.  O sea, a los minatecos y demás sureños no tendrán de otra que comprarse un perro que los cuiden porque el operativo que mandan al sur tiene otros destinatarios. Bien dicen en el pueblo aquel sabio refrán: el vivo vive del bobo, el bobo de baba y nada, y el pobre de la fregada.

 

RECOMPENSAS  

Y PREMIOS

 El día de los engaños se cierra con la modificación que hicieron en el congreso local de la Ley Orgánica de la Procuraduría de Justicia y permitir pagar recompensas a todos los  ciudadanos  que den informes o pistas sobre investigaciones relativas a casos de secuestros y crímenes.  Es decir, que los ciudadanos se encarguen de investigar en lugar de que lo haga la procuraduría. Lo importante es saber ¿qué valiente se pondrá en contacto con la procuraduría para darle información de los delincuentes cuando se sabe que está infiltrada?, ¿quién en su sano juicio confía en los agentes del ministerio público, en los fiscales, en los escribientes o en el mismo procurador Bravo Contreras?. Hacerlo es suicidio, ¿o no?.

 Lo que debe hacer es depurar la procuraría, limpiarla de los malos elementos, obligarla a hacer su trabajo y de paso también enviar a la calle a Bermúdez Zurita y a todos los malos elementos policiacos. Asear ambas secretarías como se hace  las escaleras, de arriba para abajo, limpiarlas comenzando desde la cabeza hasta los escalones más bajos, y los que queden  que se pongan a trabajar.

Ayer mismo también el congreso local avaló el premio a la juez Beatriz Rivera Hernández al nombrarla  magistrada del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), el mismo órgano que echó abajo el chanchullo que armó para dar el carpetazo al expediente del homicidio de la periodista Regina Martínez. Esa  juez fue quien emitió la condena de 38 años a Jorge Antonio Hernández Silva, alias “El Silva”, el “chivo expiatorio” para ese caso pero el teatro se cayó cuando el acusado fue puesto en libertad por un fallo de los  magistrados estatales porque el detenido fue torturado para autoinculparse. 

Más aún, la justicia federal que revisó el dictamen local y  tampoco  encontró elementos para sostener la sentencia de Rivera Hernández que lo señalaba como homicida, solo pudieron mantener la acusación de robo simple. Entonces, tanto  la justicia federal como la estatal desmintió a la juez Beatriz Rivera, la exhibió como una mala impartidora de justicioa  pero aún así, palacio de gobierno la premió y  desde ayer es magistrada TSJE. Veracruz está de cabeza.

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