Córdoba.- Los trabajos de reparación de la autopista Veracruz-México avanzan lentos y ni porque existe molestia y pérdidas materiales y económicas, Caminos y Puentes Federales (Capufe) debe obligar a la empresa constructora a trabajar en tres turnos para poder aventajar y concluir la construcción antes de tiempo.
Este fin de semana las inconformidades crecieron aún más luego de que la obra, que no va ni en un 80 por ciento, luciera detenida y los embotellamientos fueran constantes ante la falta de planeación y compromiso por parte del Gobierno y la propia empresa constructora.
Mientras los vacacionistas y camioneros batallan para poder circular en el pesado tráfico, sobre todo en el tramo de Rancho Trejo, la maquinaria pesada luce abandonada a la altura del trébol de Amatlán de los Reyes, y muy pocos trabajadores laboran.
Con estas obras semi-paradas, pareciera que no existe respeto del Gobierno hacia los ciudadanos, quienes no sólo deben lidiar con el tráfico pesado y las pérdidas económicas, sino que también deben pagar altas cuotas de peaje por circular en una autopista en malas condiciones.
Capufe sigue descaradamente cobrando un servicio que no ofrece y los ciudadanos mudos pasan a pagar después de hacer horas de filas en los embotellamientos por culpa de la nula eficiencia de esas constructoras coludidas.
Las Cámaras Empresariales enmudecen ante estas afectaciones, no ejercen ninguna presión, aún cuando saben que miles de pesos están en juego, pues muchas familias prefieren no venir a la ciudad para evitarse el tráfico, gastando los recursos en otras ciudades cercanas.