El Derby della Madonnina tuvo dueño, y fue el rossonero. En una noche mágica en el Giuseppe Meazza, el Milan aplastó al Inter con un contundente 0-3 y selló su pase a la final de la Coppa Italia, dejando atrás el empate 1-1 en la ida y destrozando las aspiraciones del eterno rival de conquistar el ansiado triplete.
El héroe inesperado fue Luka Jovic, quien firmó un doblete en uno de sus partidos más memorables desde que llegó al club. El delantero serbio apareció cuando más se le necesitaba: primero, al minuto 36, con un gol de cabeza tras una jugada colectiva que él mismo inició; y luego, al comenzar el segundo tiempo, aprovechando un rebote tras tiro de esquina para poner el 2-0 y silenciar a toda la afición nerazzurra.
A pesar del arranque intenso del Inter, que tuvo claras oportunidades en los pies de Darmian, Dimarco y Lautaro Martínez, el Milan resistió con temple, organización y un inspirado Maignan, que también brilló con una atajada espectacular ante un cabezazo de De Vrij.
La sentencia llegó al minuto 85, con una gran jugada colectiva que comenzó Theo Hernández, siguió Rafael Leão con una asistencia perfecta, y concluyó Reijnders con una definición de zurda frente al portero. Un gol que cerró la goleada y desató la locura entre los seguidores rossoneri.
Mientras tanto, Santiago Giménez, quien sigue buscando su lugar en el once titular del Milan, no vio minutos en esta semifinal de vuelta.
El resultado supone un golpe devastador para los dirigidos por Simone Inzaghi, que ven esfumarse su sueño del triplete. Para el Milan, en cambio, es una inyección de confianza y una muestra de que están listos para luchar por levantar un título al final de la temporada.
