Córdoba.- Como hoy damos a conocer, el Juzgado Primero de Distrito de Tlaxcala confirmó que el comandante Martín Rosales y sus elementos Baltazar Téllez Vasconcelos y Abraham Quintana Díaz, de la Policía de Cuitláhuac, continúan presos en el Cereso de ese Estado.
Las publicaciones hechas por el periódico coludido desde hace días no coincidían con la información recabada por El Buen Tono, que continuó investigando para encontrar la verdad.
¿Por qué mintió el coludido en su edición del día 17, en colusión con el alcalde de Cuitláhuac, quien afirmó que el excomandante Martín Rosales ya había sido liberado?
Desde esa primera publicación, fue notoria la intención de engañar a los lectores. ¿Con qué intención?
Un día después, la misma reportera y su periódico publicaron una supuesta entrevista con el excomandante, diciendo que estaba en una vivienda de Cuitláhuac. Mientras tanto, el expolicía continuaba preso en Tlaxcala.
¿Cuál era el afán de hacer creer a la población de Cuitláhuac y de la Región que este presunto delincuente estaba libre?
Todo resultó mentira, como El Buen Tono se encargó de confirmar. Por menos de eso, han perdido el trabajo editores, jefes y reporteros en medios responsables, porque no es justo que se engañe al lector que confía en la objetividad del diario que adquiere.
Urge la respuesta: ¿Cuál es el interés de la reportera y el coludido al publicar información falsa? ¿Busca proteger a delincuentes que tienen atemorizado a un municipio y que utilizaron un cargo público para delinquir?
¿Por qué la insistencia del Alcalde y la reportera de armar una serie de publicaciones para tratar de limpiar la imagen del jefe policiaco?
No sería ésta la primera vez que el coludido, amafiado con delincuentes, publique mentiras. ¿Qué sería de la región si un periódico como El Buen Tono que, —sin temor a represalias y con el único fin de buscar y decir la verdad y acabar con la corrupción—, no existiera, y el coludido siguiera publicando mentiras?