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Mezcla sano, come sano

Superiberia

 

Una alimentación sencilla se digiere mejor porque para el aparato digestivo es mas fácil reconocer los nutrientes cuando no están tan mezclados. Entonces forma los jugos digestivos adecuados para cada uno de ellos. Durante las transformaciones digestivas del estómago e intestino se producen enzimas, que solo actúan condiciones favorables. De lo contrario, suscita la fermentación y putrefacción de los nutrientes y, por lo tanto, la intoxicación del organismo.

Podríamos pensar que al comer frutas, verduras o cereales naturales ya logramos mantener una dieta equilibrada. Desgraciadamente, no es así. Es esencial conocer las propiedades de cada grupo alimenticio para poder combinarlos y así, tengan una función orgánica óptima. —Por poner un ejemplo, para la absorción del calcio es menester la vitamina D—. Es importante que los alimentos sean compatibles para optimizar la digestión.

Siguiendo unas sencillas indicaciones podremos evitar las mezclas inconvenientes y comer para prevenir enfermedades.

 

– Combinación de ácido con almidón:

Los alimentos más ricos en almidón son los tubérculos, cereales, raíces, la castaña y calabaza. Ésta se digiere por una enzima secretada en las glándulas salivales, llamada amilasa salivar. Cuando esta enzima entra en contacto con cualquier sustancia ácida, se merma su acción. Dile adiós a las jícamas con chile, la pasta al pomodoro, la pizza. Y ya ni hablar de los ácidos más fuertes. Vinagre, alcohol… Para la asimilación de este elemento el trabajo de la boca tiene que ser perfecto.

 

– Combinación de almidón con proteína:

Está científicamente comprobado que el ácido clorhídrico libre, presente en las proteínas, suspende la acción de la amilasa salivar sobre el almidón. Y si a eso, aumentamos la acidez, no sólo detiene dicha acción, sino que destruye la enzima.

Ahora, los alimentos ricos en proteínas se digieren con la pepsina del estómago. Pero esta reacción sólo puede llevarse a cabo en presencia de un medio ácido, proporcionado por el ácido clorhídrico. Si comemos un alimento proteico junto con un almidón se vierte enseguida un jugo gástrico para digerir la proteína. Así que no es bueno comer carne con arroz. Ni espagueti a la boloñesa. Ni hamburguesas… ¡Sushi con proteína!

 

– Combinación de almidón con azúcares:

Cuando sólo tomamos azúcar, pasa rápidamente del estómago al intestino. Si lo tomamos con otros alimentos, permanecen en el estómago por un tiempo hasta que se completa la digestión del resto de los alimentos. Esto hace que el azúcar se fermente rápidamente. Mermeladas, compotas, azúcares industriales, miel; añadidas al pan, galletas, pasteles, cereales, se fermentan y obstaculizan la digestión.

 

– Combinación de proteína con azúcares:

Al consumir proteínas, el azúcar tiene que esperar su turno. Entonces fermenta. Y con esto, frenan la formación de los jugos gástricos y la actividad estomacal.

 

– Combinación de grasa con proteína:

La grasa inhibe la secreción de los jugos gástricos. Entonces su presencia frena la digestión. La mantequilla, nata, aceites y salsas untuosas, no deberían consumirse a la par de la proteína. Es bueno saber que las verduras en abundancia, especialmente crudas, contrarrestan los efectos negativos de la grasa.

 

– Combinación de diversas proteínas:

El mar y la tierra dificulta la digestión. Si además ingerimos lácteos, huevos o cacahuates, ratificamos la indigestión.

Aunque las combinaciones alimenticias son un punto importante de la alimentación, se sitúan detrás de otras recomendaciones nutricionales. Vete a la segura y come sencillo. Despacio y consciente. No olvides que una mezcla excesiva de alimentos es mucho peor cuando hay exceso.

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