AGENCIA
Nacional.- La presencia del embajador de México en Venezuela, Leopoldo de Gyvés de la Cruz, durante la toma de protesta del presidente Nicolás Maduro, ha desatado críticas, pues se interpreta como un reconocimiento implícito a la legitimidad de las elecciones que, según denuncias, fueron manipuladas y marcaron una nueva fase de represión contra la oposición. El presidente Maduro, cuyo triunfo en los comicios de 2024 nunca ha justificado plenamente, enfrenta acusaciones de violaciones a los derechos humanos, entre ellas la detención de la líder opositora María Corina Machado, recientemente arrestada, aunque brevemente.
El gobierno mexicano ha defendido su postura con la Doctrina Estrada, que establece que México no interviene en los asuntos internos de otros países y no se pronuncia ni a favor ni en contra de los gobiernos extranjeros. Esta doctrina, adoptada desde 1930, ha sido utilizada en diversos momentos históricos para justificar el respaldo de gobiernos no democráticos, como en el caso de las dictaduras en Venezuela, Nicaragua y Cuba, miembros del Foro de Sao Paulo.
Sin embargo, la crítica se centra en que, pese a este principio, México ha sido selectivo al aplicar la Doctrina Estrada. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, México rompió relaciones con el régimen de Francisco Franco en España y con los gobiernos militares en Chile y Argentina en los años 70, al reconocer que estos gobiernos se habían instaurado mediante golpes de Estado.
El cuestionamiento a la postura del gobierno mexicano cobra fuerza en el contexto de las recientes elecciones en Venezuela y Nicaragua, que fueron calificadas como fraudulentas por la comunidad internacional, incluidos líderes como Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile), quienes exigieron a Maduro la presentación de las actas de las elecciones, algo que nunca sucedió. En este escenario, la presencia de México en la investidura de Maduro ha sido vista como un acto que debilita la credibilidad de México ante la comunidad internacional, pues contradice el discurso oficial sobre la democracia y los derechos humanos.
La situación también pone en evidencia la postura de la 4T (Cuarta Transformación) en la defensa de dictaduras, lo que genera un distanciamiento con los países democráticos que, dentro del Foro de Sao Paulo, han exigido más transparencia en los procesos electorales venezolanos. La crítica apunta a que México ha elegido una línea de apoyo a estos gobiernos, ignorando las voces que claman por la restauración de la democracia en esos países.
La ministra radical y la amenaza a la democracia en México
Por otro lado, en el ámbito interno, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Lenia Batres, ha exigido la renuncia de los integrantes del Comité de Evaluación del Poder Judicial Federal (PJF) tras la suspensión de la selección de candidatos para la elección judicial, argumentando que estos se excedieron en sus facultades. Esta declaración ha sido calificada como un ataque a la independencia del poder judicial y una muestra del autoritarismo de quienes, dentro del gobierno de la 4T, no toleran opiniones disidentes. La amenaza de destituir a quienes toman decisiones contrarias a la postura oficial refleja la creciente tensión sobre el respeto a las instituciones democráticas en México.
Demagogia de Trump sobre la anexión de Canadá y Groenlandia
En cuanto a la política internacional, la propuesta del expresidente Donald Trump sobre la anexión de Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá a los Estados Unidos ha sido ampliamente criticada. Se considera una declaración demagógica que difícilmente se concretaría, pues Estados Unidos es un país de instituciones y cualquier intento de abrir nuevos conflictos podría resultar en un rechazo dentro de su propio sistema político, que prioriza la resolución de los problemas internos antes que emprender nuevas aventuras geopolíticas.
Trump, con su estilo provocador, podría estar utilizando este tipo de propuestas como una estrategia para abrir nuevas negociaciones y posicionarse en el ámbito internacional, aunque las posibilidades de concretarse son prácticamente nulas.
