Agencias
México.- El consumo de alcohol en México ha aumentado en la última década, aunque el país sigue siendo uno de los que menos alcohol consume per cápita en la OCDE. De acuerdo con el informe “Salud de un vistazo 2023” de la OCDE, mientras que en México el consumo pasó de 4.0 a 5.1 litros por persona, países como Dinamarca y España alcanzan los 10.4 litros, y naciones como Chile y Estados Unidos también superan esta cifra. Aunque el consumo general ha incrementado, México sigue estando por debajo de muchos países, lo que desmiente el estereotipo de los mexicanos como grandes bebedores.
A pesar de este aumento moderado en el consumo, México enfrenta retos en cuanto a patrones de consumo excesivo, como el fenómeno del “binge drinking” o consumo excesivo en una sola ocasión. En países de Europa y América, las políticas públicas han buscado reducir este problema mediante estrategias como el aumento de precios o la implementación de medidas de seguridad vial. Aunque México ha intentado regular el consumo con medidas como la “Ley Seca” durante elecciones, la efectividad de estas políticas ha sido limitada, y las brechas entre las restricciones y las conductas sociales persisten.
El consumo de alcohol tiene graves consecuencias para la salud, como enfermedades cardiovasculares, cirrosis y ciertos tipos de cáncer, además de aumentar el riesgo de accidentes y violencia. A nivel global, los países de la OCDE destinan un porcentaje significativo de su gasto sanitario a tratar los daños relacionados con el alcohol, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de adoptar medidas más efectivas en México para frenar este aumento y proteger la salud pública.
