AGENCIA
Nacional.- A pesar de que el Servicio Geológico de Estados Unidos mantiene desde 2019 una estimación de 1.7 millones de toneladas de recursos de litio en México, el país no ha logrado actualizar ni publicar cifras propias, lo que refleja un estancamiento en el desarrollo de este sector estratégico, según expertos.
La doctora Aleida Azamar Alonso, especialista en Economía Internacional y académica de la UAM, señaló que mientras países como Bolivia, Argentina y Estados Unidos han incrementado sus estimaciones en 2024, México no ha avanzado en la obtención de datos más precisos sobre sus reservas.
Rigoberto García Ochoa, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, advirtió que el discurso oficial en torno al litio se ha convertido en una narrativa ilusoria. “En México, no sabemos cuánto litio tenemos. Esa es la realidad”, subrayó, destacando que incluso el dato más confiable proviene de estimaciones estadounidenses.
García Ochoa criticó la falta de recursos asignados a Litio MX, la empresa estatal encargada de la exploración y explotación de este mineral, que solo recibirá 13 millones de pesos en 2025. “Es una cantidad insuficiente para un proyecto de tal magnitud”, afirmó, subrayando que esta limitación obstaculiza la posibilidad de integrar a México en la cadena global de valor, especialmente en la producción de baterías.
Aunque el Servicio Geológico Mexicano ha identificado diez regiones con potencial para el litio, únicamente dos han sido consideradas como “blancos de exploración”. Según Azamar Alonso, los avances son lentos, pero proyectos de inversión como los impulsados por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe podrían apoyar en la extracción de litio de arcilla, un método crucial en zonas como Sonora.
Sin embargo, García Ochoa señaló que proyectos como el de Pemex Litio y la empresa Ergosolar enfrentan incertidumbre sobre el origen de la materia prima, ya que México aún no comercializa litio extraído localmente. “La clave está en industrializar el recurso y no solo extraerlo”, puntualizó.
Con un presupuesto limitado, falta de avances técnicos y un liderazgo que carece de recursos suficientes, especialistas temen que México repita errores del pasado, como el fracaso de Uramex en los años 70. García Ochoa también destacó que la permanencia de Pablo Taddei al frente de Litio MX es una señal de continuidad, pero no necesariamente de progreso.
“El litio en México sigue siendo una ilusión más que una realidad tangible. Si no se toman decisiones rápidas y acertadas, el país perderá la oportunidad de aprovechar uno de los recursos más estratégicos de la transición energética”, concluyó.
