En un anuncio trascendental, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, informó que en el próximo periodo ordinario del Congreso de la Unión, que comenzará en febrero de 2025, se discutirá la prohibición de la siembra de maíz genéticamente modificado en territorio nacional. La medida busca salvaguardar la biodiversidad de México, un país cuya cultura y alimentación giran en torno a este grano esencial.
El anuncio se realizó durante la inauguración del Hospital General Regional No. 2 en Ciudad Juárez, donde la mandataria federal presentó esta estrategia respaldada por la mayoría parlamentaria de Morena y sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo. La propuesta surge como respuesta a la resolución del panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre el uso del maíz transgénico.
“Sin maíz, no hay país”
Sheinbaum enfatizó la importancia de esta legislación para defender los recursos naturales del país. “El Congreso de México, aquí con la ayuda de las y los senadores, de los diputados, pues vamos a darle la vuelta a esta resolución, porque muy pronto, en febrero, van a legislar, estoy segura, que no se puede sembrar maíz transgénico y hay que proteger la biodiversidad de México en nuestro país. Como decimos: ¡Sin maíz, no hay país!”, expresó ante los asistentes.
El impacto del T-MEC en la economía mexicana
Durante su discurso, la presidenta también destacó la relevancia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, calificándolo como uno de los acuerdos más exitosos a nivel internacional. Explicó que las economías de los tres países representan el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y que, desde 2020, el comercio entre las naciones ha incrementado un 48%.
Además, Sheinbaum reconoció la valiosa aportación de los mexicanos que trabajan en el extranjero, especialmente en Estados Unidos. En lo que va del año, los connacionales enviaron remesas por un total de 60 mil millones de dólares, un esfuerzo que equivale al 20% de sus ingresos totales. Según la mandataria, el 80% restante es consumido en Estados Unidos, beneficiando también a su economía.
“Sin los trabajadores del campo mexicanos, no habría comida en las mesas de las familias estadounidenses. Siete de cada diez trabajadores agrícolas en Estados Unidos son mexicanos”, subrayó, destacando la interdependencia entre ambas naciones.
Un paso hacia la sustentabilidad
La posible prohibición del maíz transgénico en México marca un punto de inflexión en las políticas agrícolas del país. Mientras la medida busca proteger la biodiversidad y la soberanía alimentaria, también pone sobre la mesa la necesidad de equilibrar las relaciones comerciales con sus socios del T-MEC.
La discusión en el Congreso promete ser clave para el futuro del sector agrícola y la defensa del maíz, un elemento central en la identidad mexicana.