Con más de 4.5 millones de niños afectados anualmente, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en abuso sexual infantil, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Senado de la República. Esta alarmante realidad subraya una crisis profunda que demanda atención urgente.
Escuelas: Un espacio de aprendizaje convertido en escenario de abuso
El informe “Es un Secreto” revela que el abuso sexual en México ocurre tanto en escuelas públicas como privadas, siendo la Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Baja California, Morelos, San Luis Potosí y Oaxaca las entidades con mayor incidencia.
La Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia documentó en 2024 casos de violencia extrema y sexual en al menos 18 escuelas preescolares, exponiendo un patrón de abusos cometidos por maestros, directivos, personal administrativo e incluso trabajadores de intendencia.
Impactantes testimonios de violencia infantil
El informe detalla desgarradoras experiencias de niños víctimas de abuso sexual en entornos educativos:
- 37 niños reportaron haber sido objeto de tocamientos inapropiados o forzados a tocarse entre ellos.
- 11 menores describieron actos que constituyen violación equiparada.
- 17 alumnos señalaron a un maestro exhibiéndose ante todo el salón.
- Casos extremos: Cuatro niños fueron amarrados, dos amordazados con cinta, y siete sufrieron abusos frente a otros compañeros.
Estos relatos evidencian un patrón de violencia sistemática que vulnera los derechos más básicos de los niños.
Explotación sexual infantil: Una realidad intolerable
El informe también denuncia casos de explotación sexual infantil en escuelas, un problema que amplifica el sufrimiento de los menores afectados y muestra la falta de controles efectivos para protegerlos.
Un llamado a la acción
Ante estas alarmantes cifras, organismos internacionales y nacionales exigen medidas urgentes para prevenir y sancionar estos delitos. La implementación de protocolos de seguridad, la capacitación de personal educativo y la creación de mecanismos de denuncia seguros son pasos fundamentales para erradicar esta problemática.
El abuso sexual infantil no solo destruye vidas, sino que refleja fallas estructurales en la protección de los derechos de la infancia en México. Es tiempo de actuar con firmeza y de manera coordinada para garantizar que cada niño crezca en un entorno seguro, libre de violencia y abuso.
