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México.– Los últimos 12 meses han sido inusualmente “miserables para lo mexicanos”, un año de pesadilla que comenzó con “una extraña y sangrienta noche en Iguala”, y que dio un giro impensable con la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, publica The Washington Post en un amplio artículo que firma su reportero Michael E. Miller.
El diario dice que este año miserable no sólo ha sido alimentado por Iguala y los escándalos políticos del presidente Enrique Peña Nieto, sino también por la epidemia de consumo de drogas en Estados Unidos, que alienta la cadena de tráfico.
El diario reseña la reunión que sostuvo el presidente Peña Nieto y los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Dice que los padres le presentaron sus demandas al Ejecutivo y reiteraron sus planes para protestar en la Ciudad de México en un aniversario que probablemente significa poco para la mayoría de los estadounidenses, pero debería significar mucho.
“Imagínese que 43 estudiantes estadounidenses de repente desaparecieran sin apenas dejar rastro. A continuación, añada media docena de cuerpos muertos, más de 100 arrestos, fosas comunes, denuncias de tortura, escándalos políticos, un movimiento de protesta que no se veía desde la década de 1960 y una fuga de la prisión por uno de los criminales más notorios del mundo”.
Eso, dice el Post, es lo que México ha tenido que pasar, sólo en el último año. Y eso sin contar las miles de muertes relacionadas con el tráfico de drogas.
“Incluso para los estándares mexicanos, los últimos 12 meses han sido inusualmente miserables. En primer lugar, los (43), estudiantes (de Ayotzinapa), desaparecieron en circunstancias extrañas. Luego, los esfuerzos para encontrarlos, o a sus cuerpos, sólo desenterraron otras fosas comunes. La fe en Peña Nieto y su Gobierno se desplomó, sobre todo después de una serie de escándalos políticos. Y luego está la fuga de la prisión de El Chapo del 11 de julio un giro impensable en un año ya terrible”, reseña el reconocido diario norteamericano.
Al mismo tiempo, dice The Washington Post, el candidato presidencial republicano Donald Trump trató de convertir al país en su saco personal de boxeo político, pintando falsamente a México como una tierra de narcotraficantes y violadores y echándole la culpa de los males de Estados Unidos. Sin embargo, refiere el medio, “a medida que el primer aniversario de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa se avecina se está volviendo cada vez más claro que el dolor de México y la angustia de los Estados Unidos están, en efecto, conectados sólo que no en la forma que lo ha dicho Trump”.
Miller escribe en el Post cómo el caso de los estudiantes de Ayotzinapa muestra que la miseria de México puede estar aún más relacionada con su vecino del norte. “Un informe publicado recientemente sugiere ese incidente, y su presunto encubrimiento del Gobierno, probablemente provenía de un cargamento secreto de droga oculto en el interior de un autobús con destino a los Estados Unidos”, refiere.
“Hay indicios de que los autobuses Iguala estaban siendo utilizados para el transporte de heroína a los Estados Unidos, dijeron expertos (de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos) en su informe. Los estudiantes pudieron haber llevado inadvertidamente uno de los vehículos embalado con las drogas, lo que provocó que la Policía, políticos corruptos y un cártel de la droga luchara para recuperar la carga de varios millones de dólares a toda costa”, escribe el periodista norteamericano.
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