Los grupos de autodefensa en Michoacán le están poniendo el sabor al caldo, se autodefinen como
guardias civiles que protegen sus intereses personales y a las familias michoacanas de la presencia constante del crimen organizado lo que deriva en otro frente armado quizás fuera de la ley pero con legítimo derecho a organizarse para proteger sus vidas y sus bienes.
Lo que ocurre en aquel estado está revolucionando el como y porqué de hacer justicia y se reproduce
con eficacia en otros Estados de la República por la falta de atención de nuestras autoridades y por la alta corrupción de quienes gobiernan, es por eso que el Presidente de la República ya preocupado por un levantamiento nacional da la orden explícita de combatir a la delincuencia y desarmar a los grupos de autodefensa que diariamente suman a sus filas a decididos hombres y mujeres que QUIEREN UN MÉXICO MEJOR para sus hijos. Hay mucha resistencia, no le será fácil al Gobierno federal desarmar LOS IDEALES de LUCHA y ORDEN; ellos son mexicanos que esperaron por años que el gobierno en turno metiera las manos a favor del RESPETO y no lo hicieron, hoy, las consecuencias son de pronóstico reservado.
Ciento cuarenta mil hombres armados dicen ser y puede que otro tanto estén como reservistas para
entrar en acción inmediata, si hay que culpar a alguien en especial es precisamente a los gobiernos estatales y locales de haber permitido que la delincuencia se adueñara de la tranquilidad y la paz.
En Veracruz no se está en la comodidad, desde hace siete años nuestro estado soporta el peor sufrimiento infringido por la delincuencia, Fidel Herrera Beltrán no metió ni un dedo por su gente y los dejó a la deriva sin que se pudieran defender y ni a quién acudir, se fue y nos dejó solos, poco faltó para que los veracruzanos y veracruzanas siguieran el ejemplo de los hermanos michoacanos.
Hoy vemos a esos hermanos nuestros, cómo arriesgan sus vidas para salvar las de otros pero no les queda otra alternativa, no tienen otra opción, ya no creen en el Gobernador, ya no creen en el Presidente de la República, solo creen en sus armas porque la justicia dejó de visitarlos desde hace muchos años.
La guerra por justicia va creciendo y está rebasando a las instituciones, después de todo, es la factura que les están pasando a nuestros gobernantes y servidores por la ineficacia y la corrupción, lo que venga…. ya se lo ganaron.