de la redacción
el buen tono
Córdoba.– La zona centro de Veracruz cerrará el año con alarmantes cifras de violencia, con un total de 110 asesinatos, principalmente atribuibles al crimen organizado.
Este sombrío panorama se traduce en un promedio de nueve homicidios por mes, revelando una situación crítica que demanda acciones inmediatas.
A pesar de la gravedad de la situación, la Fiscalía Regional ha permanecido omisa, sin lograr esclarecer ni un solo caso de homicidio.
Asimismo, algunas de las víctimas tenían antecedentes penales, habiendo pisado al menos una vez la cárcel.
Este dato confirma la existencia de un sistema judicial permisivo, donde la corrupción y la liberación de individuos peligrosos contribuyen a la escalada de la violencia, principalmente porque los jueces corruptos veracruzanos liberan a cuanto delincuente detiene la Policía, mediante su respectivo ‘moche’ para torcer la Ley.
Entre los municipios afectados, Córdoba lidera con un total de 28 casos, seguido de cerca por Omealca con 13; Cuitláhuac, Atzalan, Tezonapa, tuvieron ocho casos; Yanga y Nogales, nueve.
Mendoza, seis; Acultzingo y Atoyac cuatro al igual que Huatusco; Aquila dos y Calcahualco uno.
Estas cifras no solo reflejan la magnitud del problema, sino que también plantean la urgente necesidad de intervenciones específicas en estas localidades para abordar las causas subyacentes de la violencia.