Masticar chicle es una práctica común en la vida diaria de muchas personas. Sin embargo, alrededor de esta golosina existen numerosos mitos que generan incertidumbre sobre su impacto en la salud. ¿Es realmente beneficioso o puede ser perjudicial? Aquí desmentimos algunos de los mitos más populares con base en la ciencia.
Mito 1: ¿Es mejor el chicle con azúcar o sin azúcar?
Según el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, los chicles con azúcar son metabolizados por las bacterias bucales, lo que genera ácidos que erosionan el esmalte dental y favorecen la aparición de caries. Por ello, su consumo no es recomendado.
En cambio, los chicles sin azúcar, especialmente los que contienen xilitol, son aliados de la salud bucal. Este edulcorante natural ayuda a remineralizar el esmalte y estimula la producción de saliva, lo que favorece una limpieza dental natural y reduce el riesgo de caries.
Mito 2: ¿El chicle puede sustituir el cepillado de dientes?
¡Definitivamente no! Aunque masticar chicle sin azúcar puede ser útil en situaciones puntuales, como después de una comida cuando no se tiene acceso a un cepillo dental, nunca debe considerarse un sustituto del cepillado. Esta práctica solo eleva temporalmente el pH bucal y dificulta la acción de las bacterias, pero no limpia los dientes como lo hace el cepillo.
Mito 3: ¿El chicle es apto para todos?
No todos pueden disfrutar de esta golosina. Los niños menores de cinco años deben evitarlo debido al riesgo de atragantamiento, y en adultos, personas con bruxismo, problemas en la articulación temporomandibular o con ortodoncia también deberían abstenerse. Sin embargo, quienes padecen xerostomía (boca seca) pueden beneficiarse, siempre optando por chicles sin azúcar y con xilitol.
¿Qué pasa si consumes demasiado chicle?
Como con cualquier cosa, el exceso es perjudicial. Consumir chicles con azúcar en exceso incrementa significativamente el riesgo de caries, mientras que los que contienen sorbitol pueden actuar como laxantes si se ingieren en grandes cantidades. Además, masticar chicle con demasiada frecuencia puede ocasionar problemas en la articulación temporomandibular, generando dolor en la mandíbula y la cabeza.
¿Tragarse un chicle es peligroso?
A pesar de la creencia popular, tragarse un chicle no representa un peligro grave para la salud. El sistema digestivo lo elimina en unos días. Sin embargo, el consumo excesivo puede generar acumulaciones de material indigerible, conocidas como bezoares, que en casos extremos podrían requerir atención médica.
Conclusión
Masticar chicle puede ser beneficioso o perjudicial, dependiendo de la forma en que se consuma. Optar por chicles sin azúcar y con xilitol es una opción más saludable, pero nunca debe sustituir el cepillado dental ni consumirse en exceso. Como siempre, la moderación y el cuidado son clave para disfrutar de este hábito sin comprometer la salud.
