AGENCIA
Nacional.- A pesar de una leve disminución en los últimos dos años, las detenciones de niñas y niños migrantes no acompañados en la frontera sur de Estados Unidos superan las 100 mil anuales desde 2021, según datos de la Patrulla Fronteriza (CBP). Este fenómeno se da en un contexto de aumento sostenido del desplazamiento forzado infantil, que se ha más que duplicado desde 2010, pasando de 18.8 millones a 47.2 millones en 2023, según Save the Children.
En el año fiscal 2024, se reportaron 109 mil 998 detenciones de menores en la frontera, cifra inferior a los picos registrados en 2022 (152 mil 057) y 2023 (137 mil 275), pero que evidencia la persistencia del problema. Este panorama coincide con la reciente confirmación del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de implementar deportaciones masivas mediante el uso de poderes extraordinarios, agravando la incertidumbre para la población migrante.
La niñez migrante, especialmente en la primera infancia (de 0 a 6 años), enfrenta riesgos críticos en su desarrollo. Nancy Ramírez, directora de Save the Children México, destacó durante el Foro Internacional de la Primera Infancia 2024 que estas niñas y niños enfrentan mayor exposición a enfermedades prevenibles, accidentes, desnutrición, falta de atención prenatal y posnatal, y carencias en salud mental y detección temprana de trastornos del desarrollo.
Además, los obstáculos legales, lingüísticos y culturales, junto con la discriminación y la xenofobia, limitan su acceso a servicios esenciales como educación, salud y protección. “Los retos son gigantescos porque los trayectos son peligrosos y las áreas de tránsito carecen de servicios básicos”, subrayó Ramírez.
América Latina y el Caribe registran una de las tasas más altas de migración infantil, con un 25% del total de personas desplazadas forzadamente siendo menores de edad. Tan solo en el Tapón del Darién, 40 mil niñas y niños cruzaron en 2022, cifra que se igualó en los primeros seis meses de 2023.
Save the Children y otros organismos internacionales instaron a los gobiernos y la cooperación internacional a implementar reformas que garanticen espacios seguros, rutas de protección integral, atención especializada y estándares más altos de protección para las infancias en movilidad.
“La migración infantil no es solo un desafío humanitario, es una responsabilidad compartida que demanda soluciones urgentes y coordinadas”, concluyó Ramírez.