¡Heil, Rafael Moreno!
En el pueblo Chalchihuapan, en Puebla, hubo unos enfrentamientos por demás sangrientos el día 9 de julio. Nuestra pequeña franja de Gaza mexicana, es decir, Puebla, volvió a protagonizar tanto videos de internet como encabezados en los medios por tremendas represiones del gobierno de Rafa Moreno Valle, el Saurón región 4, en pleno uso de la ley Bala. La polémica ley que permitía el uso de la fuerza pública para disolver manifestaciones y, aparentemente, no comer semitas después de las 9pm.
Todo esto surgió porque pobladores de ese lugar se manifestaron en un puente exigiendo les brindaran servicios y otras nimiedades que las gentes de pueblo quieren, como comer una vez al día, seguridad y demás exigencias ridículas.
Murió un niño por una bala de “goma” y la violencia se vivió en ambos lados, apenas ayer apareció un video de cómo masacran a uno de los granaderos que habían ido a desalojar, empleados al fin y al cabo, lo cual tampoco es plausible; una vez en el piso, desarmado, jugaron al piedra cráneo y tijeras con él, machacándolo. Está vivo de milagro. Tanto la muerte del niño como la suerte de los policías que resultaron gravemente heridos son estupideces innecesarias. Siempre he dicho que manifestarse es absurdo. No logras nada por gritar lo que está mal salvo una catarsis y desahogo emocional que se puede lograr con compañía en la cama, todos deberían ver a diario al desayunar, “Fight Club”. Empero, ¿criminalizar una manifestación? ¿Y el derecho a manifestarse? No les das seguridad, empleo, salud, servicios de calidad, los tienes sometidos a vivir en la miseria, sin Netflix, ¿y encima de todo les prohibes manifestarse? ¿Qué vas a pedir después a los poblanos, que griten “¡Heil Rafa!”?
Un aplauso para los diputados que estuvieron buscando pruebas para demostrar lo obvio, un grupo de Sherlocks que afirman saber que eso es culpa del Gobierno de Puebla.
Por cierto, en Gaza
Yo no puedo explicar muy bien esta situación sin meterme en controversias subjetivas. Israel afirma que solo ha dado respuesta a la actitud de Hamas, y Hamas, que atacaron por los bloqueos interpuestos por israelitas. Es una cuestión de terrenos y religiones. Es una masacre donde hay niños muertos, decapitados, amputados, con las vísceras de fuera, familias enteras que dejan de existir, gente que no ha hecho otra cosa mal en su vida que haber nacido ahí. Una barbarie como no se había visto hace mucho tiempo, completamente absurdo. El conflicto en Gaza es como Vicente Fox, viejo e inexplicable.
Impuestos venezolanos
El lado amable es que no estamos tan jodidos en México como en Venezuela, como acelerador en “Rápido y furioso”, la tenemos hasta adentro con las leyes secundarias de la reforma energética, ahora ya no es expropiación, sino “uso de suelos temporal” y las reglas de contratación que los extranjeros van a utilizar a partir de ahora, promueven que el delicioso oro negro en el que basamos nuestra vida como país, económicamente hablando, puede formar parte de activos de otras empresas que “sigan las normas”. Mi inmensamente indignado dedo medio para los del PRI y del PAN que aprobaron estos cambios ahora. No me dejaron ver a gusto el Mundial por andar cuidando el petróleo, me voy a dormir temprano y aprueban sus mugrosas leyes, así no se puede. Sin embargo, me estoy desviando del tema. El presidente de Venezuela y versión dominical de Javier Alatorre autorizó un impuesto por respirar. 250 pesos tienen que pagar los venezolanos que quieran respirar aire ozonificado en los aeropuertos. Me he reído de esto unas cuatro horas tratando de imaginar si yo no quiero respirar el ozono y no pago, de qué color van a pintar el aire para que no le robe al que sí pagó.
En nuestra sociedad humana en general, como tenemos que pagar por generarnos recursos, por tener un pedazo de suelo dónde vivir y técnicamente por cualquier cosa que se nos ocurra hacer para nuestro beneficio, ahora pagar por el aire ya no representa demasiada sorpresa. El sistema está más corrupto que Lindsay Lohan en Colombia. La única forma de combatirlo que nos queda, es no siendo parte del sistema. No votando, no pagando, no nada. Hasta que no se pueda garantizar que los recursos están siendo utilizados hasta el último centavo y existe seguridad pública real, tangible, etc.
O podríamos crearnos un partido político para recibir un buen dinero y con ese dinero tratar de cambiar al país, lo podríamos llamar GÜERA. o Guerra Unilateral Entusiasta Republicana Abierta.
Se los dejo de tarea.