
De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.- En menos de 24 horas, la Reserva Animal del Río Orizaba volvió a evidenciar el abandono y la negligencia que imperan en su manejo. La muerte de “Skippy”, el único canguro rojo macho registrado en una reserva mexicana, y el ataque de cuyos devorando a una cría de liebre ante visitantes, dejaron en claro el grave deterioro que vive este espacio que debería ser un santuario para la vida silvestre.
“Skippy”, quien había llegado a Orizaba en 2023 proveniente del Estado de México como parte de un intercambio por dos leones, representaba un emblema único en el país. Su deceso causó profunda indignación y dolor entre ciudadanos y defensores de los derechos animales.
Apenas horas después, visitantes reportaron con consternación que en una de las jaulas de la reserva, varios cuyos adultos devoraban a una cría de liebre, sin que personal de la UMA interviniera para evitar el hecho. La brutal escena fue presenciada por niños y familias que visitaban el espacio, generando indignación y cuestionamientos sobre los protocolos de manejo animal.
El responsable de esta área es el médico veterinario zootecnista Sergio Paul Hernández Hernández, quien lleva más de 15 años trabajando en el ayuntamiento de Orizaba y cuya permanencia, pese a múltiples señalamientos por descuido y maltrato animal, refleja el desinterés institucional por corregir las graves deficiencias en la protección de la fauna.
Lejos de ser un espacio educativo o de conservación, la Reserva Animal del Río Orizaba se ha convertido en el retrato del abandono: animales mal alimentados, jaulas en condiciones deplorables, prácticas indignas y una administración que presume un supuesto compromiso ambiental mientras los hechos la desmienten rotundamente.
La indignación ciudadana sigue en aumento. Padres de familia exigieron medidas reales para atender la situación, no sólo simulaciones para aplacar las críticas.
Hasta el momento, no se ha informado de sanciones ni acciones concretas para corregir las evidentes fallas de manejo en el recinto, aumentando la preocupación social por el futuro de los animales que aún permanecen en la reserva.
Cabe mencionar que el mañoso alcalde Juan Manuel Diez, trató de justificar la ineptitud de su personal asegurando en un comunicado que el canguro murió envenenado.
