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Lupita Tovar cumple 105 años

Superiberia

MÉXICO.- Ha vivido más que ninguna actriz mexicana: Guadalupe Natalia Tovar Sullivan —Lupita Tovar— cumple hoy 105 años y, quizá por elemental vanidad femenina, siempre se quitó un año de encima, pero su acta de nacimiento la registra en Matías Romero, Oaxaca, el 27 de julio de 1910, a escasos cuatro meses de que estallara la Revolución Mexicana.

 

De clase media acomodada —su madre María Sullivan era de ascendencia irlandesa y su padre Egidio Tovar laboraba en el Departamento de Tráfico de los Ferrocarriles Nacionales de México—, la joven Lupita ni idea tenía de lo que sucedería en su vida.

 

“Yo estudiaba en el Parque Lira el segundo año de labores domésticas: bordado, corte y confección y, como hija de familia, mi vida transcurría sin grandes sobresaltos entre mis alegrías de hogar y mis preocupaciones de colegiala”, así recordaba la actriz su vida a los 18 años, hasta que el reconocido documentalista estadunidense Robert J. Flaherty (Nanuk, El Esquimal, 1922, y Moana, 1926) acompañado del cinefotógrafo Ernest Palmer, de su ayudante Stanley Little y G.K. Rudoflph, éste último gerente de negocios de la FOX. Estaban realizando pruebas, durante dos semanas, a por lo menos 100 aspirantes a estrellas cinematográficas.

 

Flaherty recibió la solicitud por escrito de cinco mil aspirantes, de los que sólo 70 —mujeres y hombres— realizaron las pruebas en los estudios de la Mexico Film de Jesús H. Abitia en Chapultepec. Los requisitos para las mujeres eran que no debían ser “ni altas ni gordas, con un peso que no exceda los 50 kilogramos, de una estatura no mayor de un metro setenta centímetros, de preferencia de 16 a 18 años, y no mayor de 21, y que tengan las características de belleza, vivacidad, talento, expresión y personalidad fotogénica distinguida”.

 

La elegida podía ser acompañada a Hollywood por su madre o por alguna persona del sexo femenino de su afecto. La Fox pagaría los pasajes. El contrato era de seis meses, prorrogable hasta por cinco años, a juicio de la compañía, además de recibir 150 dólares semanales durante los primeros seis meses.

 

La prueba clave para Tovar consistió en recrear una escena en la que le avisaban que su madre había fallecido. “Las lágrimas comenzarían a rodar por mis mejillas” —recordó la actriz al periodista estadunidense Renée Montagne en The Long View—, mientras Flaherty se levantó y le dijo: “Nos vemos en Hollywood”.

 

Hubo dos seleccionadas: Delia Magaña —quien a la postre no aguantaría el tren de vida de Hollywood y regresaría a México— y Guadalupe Tovar, quien siempre aceptó sentirse “sorprendida” por salir elegida.

 

En la Meca del cine, Guadalupe se convirtió en Lupita, a petición de la Fox, para que no se confundiera con Lupe Vélez, quien junto con Dolores del Río y el actor Ramón Novarro eran los más famosos mexicanos por esos lares. En Hollywood aprendió a tocar guitarra, danza española, dramatismo e inglés el cual era importante.

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