AGENCIA
CDMX.- Cada 12 de diciembre, millones de mexicanos celebran el Día de la Virgen de Guadalupe, una fecha profundamente arraigada en la devoción católica. El origen de esta festividad se remonta al 12 de diciembre de 1531, cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció por cuarta vez al indígena Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, en lo que hoy es la Ciudad de México. Desde entonces, la Basílica de Guadalupe se ha convertido en el centro de un fervoroso peregrinaje, donde miles de fieles llegan para agradecer, pedir favores o cumplir promesas.
Sin embargo, en medio de este mar de devoción y plegarias, hay una realidad que pasa desapercibida: los “Perros peregrinos”. Estos canes, a menudo invisibles para los ojos de los devotos, son víctimas del abandono, un fenómeno que se repite cada año durante las festividades de la Virgen de Guadalupe.
¿Por qué se les llama “Perros peregrinos”?
Los “Perros peregrinos” son aquellos perros que, al igual que los humanos, siguen el camino hacia la Basílica de Guadalupe. En su mayoría, son abandonados por sus dueños en las inmediaciones del santuario, en una triste tradición que cada diciembre crece en número. Muchos de estos animales son dejados a su suerte por los mismos peregrinos que llegan a la Basílica, mientras que otros, al ser abandonados en las carreteras, siguen a los fieles hasta llegar a este punto, donde se convierten en parte del paisaje, deambulando en busca de comida, agua y refugio.
La cifra de estos perros abandonados ha ido en aumento a lo largo de los años. En 2023, se estimó que al menos 150 perros fueron dejados en las cercanías de la Basílica. En años previos, como en 2019, la cifra fue mucho menor, con 29 casos registrados. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones que intentan proporcionar refugio a estos animales, la situación sigue siendo crítica. Las perreras municipales se llenan rápidamente, y algunos de estos perros terminan siendo sacrificados por eutanasia debido a la falta de recursos y apoyo.
Lamentablemente, los “Perros peregrinos” no reciben el apoyo de las autoridades eclesiásticas ni de las autoridades locales. Aunque algunas organizaciones civiles han intentado brindarles atención, los esfuerzos resultan insuficientes frente a la creciente demanda. Los perros abandonados no solo sufren el abandono físico, sino también la falta de protección y de recursos adecuados para su bienestar.
La situación es aún más alarmante debido a la falta de penas o castigos para aquellos que abandonan a sus mascotas. En muchos casos, los animales terminan siendo sacrificados sin que se haga justicia por su maltrato o abandono. El Día de la Virgen de Guadalupe, entonces, se convierte no solo en una celebración de fe, sino también en una muestra de la indiferencia hacia los seres vivos que, al igual que los humanos, son parte de la vida cotidiana en México.
¿Qué hacer si ves un perro abandonado?
Si encuentras un perro abandonado, es importante tomar medidas para ayudarlo. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para actuar de manera responsable:
*Evaluar la situación: Observa al perro a distancia y determina si parece herido o si tiene dueño. Si está cerca de una carretera o en peligro, muéstrale cautela para evitar que se asuste.
*Seguridad primero: Si es posible, lleva al perro a un lugar seguro y ofrécele agua y comida si parece necesitado.
*Contactar a organizaciones locales: Si el perro está claramente abandonado, contacta a organizaciones de rescate o refugios que puedan brindarle ayuda.
*Publicar en redes sociales: Compartir la ubicación del perro y una foto en redes sociales podría ayudar a localizar a su dueño o encontrarle un hogar temporal.
*Proveer refugio temporal: Si puedes, ofrece un espacio seguro para el perro mientras buscas ayuda.
*Considerar la adopción: Si nadie reclama al perro y no puedes quedártelo, considera la opción de adoptarlo responsablemente o buscarle un nuevo hogar.
Una responsabilidad compartida
El abandono de animales durante las festividades de la Virgen de Guadalupe resalta la necesidad de cambiar nuestra percepción sobre el bienestar animal. No solo se trata de ofrecer ayuda durante la temporada navideña, sino de hacer frente a un problema estructural que involucra la educación y la responsabilidad social.
Cada 12 de diciembre, mientras los fieles peregrinan hacia la Basílica para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, no olvidemos a aquellos que también sufren en silencio: Los “Perros peregrinos”. Al igual que los seres humanos, ellos merecen dignidad, amor y un hogar, no solo durante las festividades, sino todo el año.
