última parte
Agencias
CDMX.- Guillermo Valdés Castellanos, exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, explicó que estas acciones funcionan como un “mensaje” del Gobierno de México para mostrar su disposición a colaborar con la administración de Donald Trump.
Por su parte, el diplomático mexicano Eduardo Roldán considera que hay un cambio de enfoque en la relación bilateral. “En estos cinco meses he notado que ahora estamos sentados en la mesa como participantes, ya no somos el plato principal, como en el pasado”, señaló.
Añadió que los temas en discusión, como la seguridad y la migración, son de gran relevancia tanto para México como para Estados Unidos. “Si México no toma medidas, también podría verse afectado, ya que hay un límite en cuanto a lo que puede hacer para resolver estos problemas”, advirtió.
Respecto a los aranceles, Roldán explicó que México es un socio comercial clave para 32 estados de EE.UU. “Por ejemplo, México consume el 80% de los lácteos que produce Wisconsin y el 85% del maíz cultivado en Pensilvania. Este tipo de factores han influido en que Trump haya moderado sus amenazas, ya no es como antes”.
A pesar de estos gestos de cooperación, la administración estadounidense no parece reconocer la intención del gobierno mexicano y sostiene que las extradiciones son resultado de la presión ejercida por Trump.
El exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA, Mike Vigil, declaró que, aunque la Casa Blanca intente atribuirse el mérito, la presidenta Claudia Sheinbaum ha demostrado desde el inicio de su gestión su interés en fortalecer la colaboración con Estados Unidos.
“Sheinbaum está ofreciendo una muestra de buena voluntad con las extradiciones. Ella busca un intercambio efectivo de información e inteligencia, mientras que Trump solo responde con amenazas y espectáculo”, afirmó Vigil.
También criticó que la política del expresidente ha llevado a que agentes de la DEA, el FBI y otras agencias se enfoquen en operativos contra inmigrantes indocumentados en lugar de combatir el narcotráfico.
“Eso no beneficia en nada a Estados Unidos”, concluyó.
