Por: ALELUYA MORENO LORENCES OROPESA / columnista
Sobre los términos
En el Siglo pasado el filósofo francés Louis Althusser definió a la falsa ideología como cultura de masas asimilada inconscientemente: nos perturba sin percatarnos, evitando nuestra identidad. Sin ánimos solidarios de masas, sin correspondencia de clase, sin mayores estimulaciones para actuar más que a cambio de billetes, vivimos a la deriva sin amigos, compañeros, paisanos incondicionales. Podremos tener uno o miles de subordinados, pero como actúan a cambio de dinero, los olvidos, las traiciones, las mentiras, el abandono, el robo, son cosas de todos los días.
La identidad consciente es la máxima expresión del ser humano y, si el humanismo representa el ideal del progreso individual y social deseable, desvíos del pensamiento humanizado podrían ser falsos, como lo es el humanismo egocentrista; ese que nomás mira por nosotros olvidando a “los otros”, a los más débiles de la cadena, como dicen Emmanuel Levinas y Enrique Dussel. Para evitarlo, la plenitud consciente pide realizar acciones congruentes incluyentes de variables económicas, políticas, sociales e ideológicas.
En la vida cotidiana hay tres tipos de las acciones orientadas: las de hacer y las de pensar en cómo resulta mejor realizar las cosas, para alcanzar nuestros ideales. En ciencias, los ideales se renombran como “la teoría” deseable; las metodologías proponen “cómo hacer las cosas” y, las acciones determinadas, son las prácticas posibles en las condiciones históricas dadas.
En abono a cultivar el pensamiento pleno, Gatopardo (Kat-Brown, para quienes en inglés lean o Brown-kat, para los albureros) utiliza sistemáticamente la lógica del método científico crítico en la columna editorial dominical para argumentar con razones verificables qué hacer el 5 de julio de 2018, cuando las masas se enfrenten al dilema democrático de votar, anular o no votar, para legitimar -o no- a gobernantes, diputados y senadores en casi toda la República y, especialmente al próximo Presidente Nacional sustituto de Enrique Peña Nieto.
En teoría, el Artículo 3.II.a Constitucional Mexicano garantiza a los mexicanos que la democracia es un modelo de vida, trabajo y cultura incluyente de lo económico, y no sólo de lo político limitado a la cuestión electoral; para ello, los programas nacionales de desarrollo de Estado, Gobierno y régimen, deben concretar la máxima democrática; pero por sus políticas neoliberales polarizadoras de la miseria social y la riqueza individual, observamos que, mientras para unos el nuestro es un gran País democrático, para la mayoría del pueblo esa democracia es una burla falsa instrumentada por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Por donde
le troces,
manteca ventea
Para comprender y explicar la neurosis de masas inducida por el sistema dominante y el Estado mexicano elegimos al INE, al Gobierno, a los partidos políticos registrados, a personeros del comercio de votos y, muy especialmente a AMLO por sus frutos políticos, pues de todos políticos de oficio, por donde se le filetee a manteca huele y más, por no ser de granja. El club de amigos de Kat-Brown a menudo reclama: ¿por qué si eres gato, te emperras con el Peje? (-obvio, a los gatos les encanta el pescado), regañándome: -¿no entiendes que Él nomás cumple con su chamba de distractor de masas, para, por ejemplo, mientras promete que será el más honesto presidente, nada haga contra el fracking, o perforación anti-humana y antiecológica de 3,780 pozos petroleros a la fecha y a lo largo de la costera del Golfo de México y estados vecinos?
La técnica quita recursos hídricos al conjunto de la sociedad, contaminando y secando los mantos, las tierras, el subsuelo, el clima, los productos cárnicos y vegetal y, el futuro de nuestros hijos. Ni en campaña electoral Morena hace algo al respecto, limitándose a exhortos parlamentarios. ¿Será que Federico Arreola acierta cuando, inspirado en Alfredo Jalife, descubre el hilo negro petrolero entre Peña Nieto/Videgaray/Pedro Aspe/Alfonso Romo/AMLO? (SDP en línea, 10.11.2016). No obstante, dicen que Morena crece como la espuma; del Río Blanco, seguramente.
¿Acaso la casa crece, cuando la hacemos con ladrillos robados al vecindario? ¿Quién puede trabajar tranquilo al lado de compañeros como Miguel Barbosa, Lino Korrodi, Manuel Bartlett o Perfidio Muñoz Lego? Venerable es otorgar a todos los pecadores una segunda oportunidad, pero, ¿aun a quienes reiteradamente traicionan, mienten y roban? ¿Por qué aparte de cuestionar los resultados electorales en escritorios, oficinas y foros pagados, ningún partido efectúa movilizaciones de bases? Porqué no está en su manual de operaciones, pues el activismo se asocia a populismo, violencia, extremismo; a MALO en la cultura de masas alienadas.
No convocan a movilizaciones de masas porque no disponen de la organización social, laboral, consciente y estructurada para concretar sus reclamos; no tienen esa formación porque sus intereses políticos nada más son electoreros, resultado de negociaciones secretas entre grupos de poder, un mes de campaña y un día electivo. La política electoral mexicana es cosa de operadores, cabildeos, de casinos, alburera, de juegos de mesa a nombre del pueblo donde la rapidez de manos y el control de datos facilitan las ganancias de unos y las pérdidas de los otros. Exactamente como pasa a la hora de constatar cantidades de votos en las mesas del INE, y, de reportarlas: viendo cinco, cantan cincuenta, sumando quinientos a los reportes estadísticos.
Roberto Pantoja, dirigente de Morena declaró al término del Tercer Congreso Nacional Extraordinario que de las 68 mil 112 secciones electorales nacionales, ya hay comités de protagonistas del cambio verdadero en 62 mil 362 secciones, el 91.56 por ciento, donde participan 847 mil 249 de los dos millones y medio de morenos afiliados en todo México (Cambio de Michoacán, periódico digital. 13.06.17): sólo les faltan comités en 5 mil setecientos cincuenta secciones, para cubrir el espectro nacional. ¿El informe es correcto? Claro que no, está inflado.
Es un rollo falso ideologizado, pues, si el Peje contara con tanta carne adocenada e invirtiera algo de los 40 millones de pesos que en promedio recibe mensualmente del erario, le hubiera sido fácil defender el triunfo de Delfina en el Estado de México y lograr más de 17 municipios veracruzanos; de éstos, cuatro son los más grandes de Veracruz: Jalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica y Minatitlán. Precisamente, donde las masas más ilustradas ya se saltaron el redil ideológico del PRI/PAN/la chiquillada y, alguien los debe cachar en el ámbito del reformismo para pastorearlos. Más o menos como pasa en CDMX, donde hace años gobierna el PRD y amenaza hacerlo próximamente Morena, sin cambios radicales; pero donde se registran acciones administrativas de Gobierno favorables al dinero capital, inmobiliario y de servicios.
Eso pasa con la política pública impuesta para recolectar basura con un modo técnico favorable al proceso de los pepenadores mecanizados, facilitándoles desde nuestra casa la pre-selección de detritus centrada en la materia orgánica y relegando la materia inorgánica por barata: aparte de que les regalamos dinero mediante el desperdicio, así nos incorporan desde nuestro hogar a la cadena de recolección, desocupando mano de obra en trayectos y en los centros de acopio mecanizados, ahorrándose pagos a trabajadores y obligaciones fiscales. Los pepenadores de CDMX están bien enojados porque les pasa lo que les sucede a los ejidatarios, quienes desde la orillita de sus tierras, nomás miran cómo la maquinaria voltea, siembra y cosecha, dejándoles una que otra limpia de matorral.
Cifras infladas, logros extraños y pardas intenciones son manipuladas, por líderes aviesos frente a las masas encandiladas. El Peje, declara a raíz de cuestionamientos públicos sobre los propósitos de Lino Korrodi, para sumarse a la barca del perdón y del olvido: “Nosotros consideramos que la gente que se está uniendo a Morena para transformar al País lo hace de buena fe y buena voluntad y si han cometido errores, todos los seres humanos merecemos una segunda oportunidad. No es posible condenar a la marginación y estar estigmatizando… creo que se vale rectificar en la vida y que hay que aceptar a (hombres y mujeres) de buena voluntad… no para participar en cargos sino para unirnos todos y sacar adelante al País.” (Aristegui noticias, 09.07.1)
Pura ideología falsa populista resultado de su historial perverso, como se desprende de su declaración en el mismo acto: -lamentablemente en México, además de un candidato y de un proyecto de Gobierno se requiere un ejército de ciudadanos para cuidar los votos en una elección. Ahora resulta, que aquellos alegres 82 mil y pico comités de protagónicos mexicanos sólo tienen el lamentable destino obligado de cuidar los votos, qué, por tercera y última oportunidad, va a ganar y -y ahora sí- deberán cuidar para su oficializada unción presidencial.
Nótese lo elemental de la línea teórica organizativa del Peje, curiosamente filtrada, sostenida, financiada por amigos y supuestos enemigos. Analizando el contenido de sus frutos -palabras y hechos-, no es más que un político pragmático de pensamiento ecléctico limitado a conducir un movimiento espontáneo esperanzado en una revuelta electorera de las masas enardecidas, hastiadas y cansadas de tantas tranzas, para justificar legalmente el desplazamiento –sin violencia- de la mafia del poder y así, relevarlos, para que todo siga siendo igual.
Miserable de razones resulta el programa del Peje; peor porque, aparte de las emociones propias de desesperados ansiosos no hay modo de convencer a la mayoría del electorado de votar, pues es pensamiento generalizado saber que si bien los políticos no tienen ni pisca de posibilidad de incidir en la determinación del programa nacional de desarrollo capitalista, al contrario, sí: el sistema dispone del control de todos los medios, instrumentos, equipos de trabajo, procedimientos -legales, militares, culturales- para modelar gobiernos, regímenes, partidos, grupos de poder territorial y políticos, educación, recreación y cultura.
AMLO es un exitoso sub-producto de la política electoral mexicana ideologizada diseñado para el consumo de las masas: es el mejor. Pero, ¿quién dice que el Peje es el rey de las preferencias? A pesar de seguir por cuarta década con su cantaleta de ser el último y único de los mohicanos honestos, portador del ADN para lograr que quien lo toque deje de ser KK. Los medios retejen el espanto estadístico de que va raudo en primer lugar de las preferencias electorales, filtrando en el subconsciente de masas la falsa idea de que, si bien el malo podría llegar al poder empeorando las cosas, igual valdría malo por reconocido, que AMLO por conocer.
Pero, ¿ha llegado el tiempo de sustituir definitivamente al PRI como eje rector del Gobierno, compartido con el PAN? Sí, dice en épocas de propaganda el PAN de Ricardo Anaya y el PRD de Alejandra Barrales. No, dicen en nuestro País los beneficiados por la “dictadura perfecta”: los sectores sociales más atrasados, sean burgueses conservadores, reaccionarios, o empleados y trabajadores alienados, masas inconscientes arrastradas por los marchantes de la política real; la casta aristócrata política arraigada en todo el País.
“…en los últimos 81 años, 88 familias han tenido el control de 455 posiciones legislativas federales. 53 han tenido presencia en el Congreso entre 9 y 18 años mientras que 35 han ostentado una legislatura entre 21 y 57 años (…) 230 legisladores pertenecientes a las castas han dominado el Congreso desde 1934 (…) inicialmente fueron familias revolucionarias y caciques regionales quienes se agruparon en el PRI, pero después otras agrupaciones como el PAN, PDR, PT y Convergencia reclamaron el derecho de sangre como argumento de acceso al poder. Las familias que se destacan son la Calderón-Zavala. Luis Calderón Vega, Luisa María Guadalupe, Juan Luis Calderón Hinojosa, Diego Zavala Pérez -padre de Margarita-, aglutinan 30 años de presencia parlamentaria. Las familias de Fidel Velázquez y Leonardo Rodríguez Alcaine alternando con Mauricio Valdés Rodríguez suman 33 años de control de la CTM y puestos asegurados en los congresos. La familia Madrazo de Tabasco con tres legisladores reúne casi 15 años de poder… la casa Fabela-Del Mazo-Peña en el Estado de México ha dado 4 gobernadores y un Presidente de México. La Familia Gordillo suma 30 años de poder e influencia. Entre los izquierdosos, Jesús Ortega Martínez, los Bejarano-Padierna, los Monreal, los Batres Guadarrama (con datos del Universal, 05.05.2015).
La casta gobernante pesa hasta para los planes del sistema hegemónico, pues, así como ha sido capaz de retrasar la implantación de planes internacionales, como las reformas constitucionales de 2012 detenidas desde el salinismo, propicia problemas inesperados para el propio centro rector de Estado, como son la oposición a controles policiacos únicos; la enajenación de tierras a proyectos de interés internacional, el uso irracional de aguas para los procesos de perforación de pozos petroleros; el sobre robo de recursos hacendarios por gobernantes, consortes, familiares y suegros voraces. La descomposición social es un daño colateral del dominio caciquil enraizado en la sociedad, en los intereses económicos y políticos de la degenerada clase política mexicana. Siendo un defecto del sistema hegemónico, ¿podría autocorregirse? Sí, promete el Estado. Ya veremos cómo en la entrega próxima.