Los cordobeses cuentan asombrados, y con una buena carga de mordacidad, que la alcaldesa electa, Leticia López Landero se dedicó a recoger ‘cascajo’ durante su campaña electoral y ahora corre el riesgo de que la próxima comuna esté llena de felones que en la menor oportunidad la traicionarán y se venderán al mejor postor. La lista de estos personajes es larga, pero hay algunos que brillan por su incongruencia, actitud convenenciera y, en algunos casos, hasta por un evidente desequilibrio mental.
Uno de ellos es Juan Carlos Castro, quien fue diputado local por el Partido Acción Nacional (PAN), luego brincó al Movimiento Ciudadano (PMC) y después al fidelista Alternativa Veracruzana (AVE) que lo abanderó en los comicios por la alcaldía. No hay que olvidar que cuando se separó del PAN gritaba a los cuatro vientos que ese partido había perdido el rumbo y estaba podrido. Es más, su candidatura en el 2013 no fue para alcanzar la alcaldía sino para robarle votos al blanquiazul, allanándole el camino al Revolucionario Institucional.
Para eso se alquiló Castro en ese año, pues para eso fue creado el AVE. Ahora, el señor Castro regresó al mismo lugar que repudió, al lado de López Landero. Vaya que la alcaldesa electa se echó un alacrán en la solapa, pues si a Juan Carlos Castro se le sorprendió robándose la energía eléctrica para sus oficinas, imagínense lo que robará si es nombrado en un cargo dentro del Ayuntamiento.
Y qué decir del señor José Sierra Silva, conocido en el mundillo de la política local como el Loco Sierra, quien fue regidor por el Movimiento Ciudadano en la comuna de Francisco Portilla Bonilla, con quien pactó para ser un opositor terso. Luego emigró al AVE y se volvió vocero de los intereses del innombrable y de Javier Duarte. Su última chabacanería fueron los destrozos y golpes a la sede del OPLE, en mayo del año pasado, donde se realizaría el debate entre candidatos a la Diputación Local, mismo que tuvo que ser cancelado porque Sierra y sus huestes parecían enloquecidos.
Ahora, Sierra está en el equipo de López Landero, lo que corrobora que la fidelidad quiere infiltrarse al próximo Ayuntamiento. No obstante, hay cordobeses que dan otra versión, que el exregidor se irá como tesorero al Ayuntamiento de Ixhuatlán del Café, donde gobernará otra fidelista, Viridiana Bretón Feito. ¿Será?
En esa lista de infiltrados está también la priista Maribel Huber, quien fue candidata del Partido Encuentro Social (PES) y declinó a favor de la panista, pero los votos que prometió nunca se vieron en las urnas. También Idalia Graciano, exesposa de Juan Carlos Castro, y su hermana Ivonne Graciano, excandidata del Partido Cardenista a la Diputación Local, así como su marido, Rodolfo Rojas, quien hoy se pregona como periodista. Vaya, cómo hay vivillos que se cuelgan de esta noble profesión.
Ya no se diga de las señoras Virginia Medorio Trujillo, líder de taxistas y plenamente identificada con el priismo y la lideresa de la congregación Cuauhtémoc, Margarita Sandoval. También el seudo-activista Job Antonio Ramírez Reyes, la funcionaria municipal y excandidata a la Diputación Local por el blanquiazul; María de los Ángeles Sahagún Morales y el dirigente municipal de ese partido, Iván Espinoza Hermida.
El listado se completa con otro que le dará muchos dolores de cabeza a la próxima Presidenta municipal: el señor Celso Noval, quien tiene el récord personal de haber brincado en al menos cuatro partidos políticos. El último fue Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) del cual quiso ser el candidato a la Alcaldía, pero fue repudiado, pues antes era un crítico feroz del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, a quien tachaba de mesiánico, caudillo y orate. Hoy está de vuelta en el PAN. ¿Cuánto tardará en traicionar a López Landero y saltar otro partido? Se reciben apuestas.
NO VA DANTE DELGADO
Hablando de Morena, aunque muchos lo hayan considerado como una mera “reunión de chairos”, que no asamblea, pues nadie propone nada, sólo alzan la mano para avalar lo que decide el dirigente y fundador de la organización, el pasado fin de semana se realizó su Congreso Nacional Extraordinario y en él se dieron pistas de lo que sucederá en el 2018, tanto a nivel nacional -la disputa por la Presidencia de la República- como a nivel local -la renovación de la gubernatura-.
En primer lugar, y que fue la noticia destacada de ayer lunes, Morena no se aliará con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo que fortalece la perspectiva para una coalición del Sol Azteca con Acción Nacional para pelear Los Pinos y por supuesto a nivel estatal se podrá continuar la alianza que hizo ganar la Gubernatura en el 2016 y la mitad de las alcaldías en este 2017. Así, el próximo año ambos partidos abanderarán en conjunto a los candidatos a las diputaciones Locales y Federales, al Senado y a la Gubernatura.
También el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador anunció la negativa para aliarse con el Partido Movimiento Ciudadano (PMC), con lo que se descarta que el exgobernador Dante Delgado Rannauro vaya a contender por tercera ocasión como candidato de las izquierdas en Veracruz, y así se elimina un competidor que hubiera podido dar la sorpresa en 2018. Frente a los diputados Rocío Nahle y Cuitláhuac García, ambos envueltos en escándalos de dineros sucios y pactos con el exgobernador Javier Duarte, el cordobés Dante Delgado tiene mucho más estatura política.
Hay que destacar que, para no variar, López Obrador arremetió duro contra el PRD y el PMC -también incluyó en esa lista de proscritos al PVEM, Panal y PES-a los que calificó de “paleros”, “mercenarios”, “oportunistas”, “politiqueros” y “sirvientes de la mafia del poder”. Morena, anunció, sólo se aliará con el Partido del Trabajo (PT) cuyo candidato a la Gubernatura del Estado de México, Óscar González, fue el único que declinó a favor de la abanderada morenista, Delfina Gómez.
Vaya asunto curioso eso de la querencia hacia el PT, que en las elecciones federales de 2015 perdió el registro nacional al no haber alcanzado el 3 por ciento de la votación, pero fue ayudado por el Gobierno Federal -por Enrique Peña Nieto y el PRI- para que en las elecciones extraordinarias en el Distrito 01 de Aguascalientes se le sumaran votos y pudiera obtener el 1 por ciento de sufragios faltante. El priismo le regaló al PT poco más de 14 mil sufragios para conservar el registro.
Entonces, Morena, la puritana, va del brazo para el 2018 con un partido que fue rescatado artificialmente por la “mafia del poder” que tanto odia. Eso en el contexto nacional porque en Veracruz también el PT tiene historias truculentas. El 2016 fue cooptado por el innombrable, quien le impuso como candidata a la expanista Alba Leonila Méndez Herrera -la que habría cobrado 15 millones de pesos- para restarle votos al abanderado del PAN-PRD, Yunes Linares. Lo triste es que la señora Méndez Herrera apenas si logró obtener 49 mil sufragios. Mala inversión, fueron los votos más caros de la historia local.
Y en los comicios que acaban de concluir, el PT abanderó a Miguel Ángel Tronco Gómez, quien será el próximo alcalde, y es hermano del exalcalde y exdiputado local, Renato Tronco Gómez, uno de los más allegados al innombrable y actualmente prófugo de la justicia, pues le ‘revivieron’ la investigación judicial por el asesinato del regidor Alfredo Pérez Juárez en
el 2006.
LA ‘PROMISCUIDAD
POLÍTICA’
La postulación del PT en Las Choapas es una señal inequívoca de que el innombrable sigue mandando en ese Partido y ahora que vendrá la alianza con Morena para el 2018, será el acoplamiento perfecto para reforzar los ya existentes acuerdos entre fidelistas y los seguidores del tabasqueño en Veracruz, que algunos denominaron la alianza PRIMOR.
Por cierto, un dato revelador en el discurso que López Obrador hizo ante el Congreso Nacional Extraordinario de Morena, es que el único nombre que mencionó de todos esos que, dice, integran la “mafia del poder” fue el del gobernante veracruzano. Ninguno otro le valió un lugar en sus dichos, ni Enrique Peña Nieto ni Carlos Salinas, ni Vicente Fox ni Felipe Calderón, ni Diego Fernández de Cevallos ni Alfredo del Mazo.
No, sólo Yunes Linares fue mencionado y con especial dejo de encono. López Obrador no le perdona al gobernante estatal los obuses que sacudieron a Morena en los meses pasados, es decir, los videos que exhibieron a los diputados Eva Cadena, Rocío Nahle y Amado Malpica y que resonaron a nivel nacional, manchándole a él mismo el blanco plumaje que presume impermeable a la corrupción.
Claro, en el congreso morenista no existió la auto-crítica ni la catarsis, ni hubo un Mea Culpa por el caso de Eva Cadena, de Rocío Nahle ni las cercanías con personajes como Elba Esther Gordillo. Al contrario, se lanzó contra los otros partidos a quienes acusó de “promiscuidad política” y realizar un “pragmatismo vulgar y ramplón” al coaligarse con personajes de baja ralea política y moral.
Umm, aquí entran los asegunes, pues eso suena como un escupitajo al cielo. ¿Cómo calificar, entonces, que Morena haya arropado en sus filas a personajes como Rafael Acosta Croda, Óscar Lara, Yolanda Gutiérrez, Domingo Bahena, Socorro Aubry, Víctor Carranza -quien es alcalde electo en Coatzacoalcos-, Ricardo Exhome y a la propia Eva Cadena, sólo por citar los casos más evidentes?
Por cierto, el secretario de Organización de Morena, Gabriel García, informó que el partido tiene ya un padrón de 2 millones 410 mil afiliados en todo el País, aunque todavía no tienen comités instituidos en todos los municipios. Hay entidades, dijo, donde no se ha logrado tener completas las estructuras municipales, una de ellas es Veracruz. “Nos faltan poquitos comités para lograrlo”, aseguró.