Por: Andrés Timoteo / columnista
Lo inédito, lo que no había pasado con anterioridad y en ninguna otra parte del País, sucedió en Huatusco. La figura sacra del fundador y dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, fue atacada a huevazos tras concluir un mitin de cierre de campaña de los candidatos a las alcaldías. Dos mujeres lograron acercársele y reventarle un huevo por la cabeza al tabasqueño.
Claro, el repudio a ese acto debe ser puntual y estricto. No se puede recurrir a la agresión física del adversario político cuando lo que debe privar es el debate de ideas y la medición en las urnas. Es ahí, en la arena comicial y en las casillas, donde lo deben enfrentar y en su caso, derrotar. Una de las atacantes, según se dijo, fue identificada como militante priista, afiliada a la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Coscomatepec, por ahí cerca y donde el pasado 9 de marzo ya hubo un primer intento de “jitomatearlo”, pero en esa ocasión no le atinaron. Ah, y no fueron priistas sino militantes de Morena, inconformes por la imposición del candidato en ese lugar.
Sin embargo, la agresión en Huatusco tiene una lectura y secuelas puntuales en el contexto de la guerra electoral que se desarrolla en Veracruz – y por supuesto en el Estado de México, que es la antesala de los comicios presidenciales del 2018-. En primer lugar, el punto álgido de la gira de López Obrador se esperaba que fuera la plaza principal de Boca del Río, el terreno de los Yunes azules, donde gobierna el primogénito del gobernador en funciones, Miguel Ángel Yunes Márquez, pero los reflectores se los ganaron en Huatusco.
López Obrador llegó a Veracruz con la intención de “picarles la cresta” a Yunes Linares en Boca del Río y lo ‘huevearon’ antes. Pero esa no fue la única calamidad porque el tabasqueño tuvo que modificar su discurso y del ataque pasó a la defensiva, pues ayer mismo el periódico El Universal publicó el cuarto video de la diputada local, Eva Cadena, en el que identifica a la zacatecana, Rocío Nahle como el enlace financiero de López Obrador. “La que le acerca los videos”, según la describió.
El daño es preciso, pues Nahle es la coordinadora de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y además uno de los prospectos para disputar la Gubernatura de Veracruz o la Senaduría en el 2018. Ahora se le ubica como la “recaudadora mayor” del tabasqueño, y no sólo ella está involucrada en la nueva videograbación sino también el coordinador de los legisladores locales, Amado Cruz Malpica, a quien Cadena menciona como el personaje que la enlazó con Nahle. Toda una madeja de relaciones y complicidades.
Obviamente, López Obrador tuvo que cambiar la acidez discursiva –aunque no dejó de responsabilizar al Gobernador como uno de los autores de esos videos- y dedicarse a los desmentidos de esas videograbaciones y a defender a Nahle García. Esta vez -al menos hasta anoche cuando se redactaba este texto- no hubo diatriba directa entre López Obrador y Yunes Linares ni tampoco retos a debatir, pues el golpe con la videograbación ya estaba dado y aderezado con los huevazos en Huatusco.
Y como “gatos bocarriba” se defendieron los morenos. La aludida en el nuevo video, Nahle García, acusó que la mujer anónima que en las filmaciones entrega el dinero a Eva Cadena es la hermana del fiscal estatal, Jorge Winckler Ortiz, pero lo dijo sin pruebas, sólo porque lo escuchó de oídas. La diputada en su deses-peración lanza señalamientos para quitarse de encima la mirada colectiva.
Es la tercera persona a la que acusa de ser la responsable de haber pillado a la “recaudadora”. Cuando se conoció el primer video acusó al diputado federal del PRI, Erick Lagos Hernández. Semanas después ella y Cui-tláhuac García señalaron a Miguel Ángel Gómez Polanco, colaborador de Radio Televisión de Veracruz (RTV) y ahora a la señora Ana María Winckler, hermana del Fiscal.
Con tal señalamiento,
Nahle lanza el dardo al Gobierno Estatal –obviamente se deberá aclarar si efectivamente los parientes del fiscal Winckler se prestaron a esa jugarreta-, pero también abre una vereda que le podría resultar adversa: el escrutinio de los familiares de quienes están involucrados en el rejuego político y ahí, el esposo de la señora Nahle no se salva, pues hay quienes le cuelgan varios “pecados” en Petróleos Mexicanos (Pemex), donde ha laborado.
Lo que sí es falso es la negativa de la diputada Rocío Nahle sobre conocer a Eva Cadena, pues la Legisladora local fue una de las “recaudadoras” para su campaña de 2015 y eran, en cierta forma, cercanas en proyectos e intereses. Cuando la legisladora Cadena comience a hablar ante la prensa o ante el Ministerio Público –contenido que, por supuesto, filtrarán a la prensa- la señora Nahle y muchos otros morenistas del Sur veracruzano saldrán exhibidos.
SERENO MORENO
Como se dijo líneas arriba, las elecciones en el Estado de México para renovar la Gubernatura son la antesala de la disputa presidencial de 2018, y en ese contexto hay una situación que expone la desesperación –como dicen algunos- del líder nacional de Morena, López Obrador, quien a sombrerazo puro emplazó a los candidatos del PRD Y PT, Juan Zepeda y Óscar González, respectivamente, a declinar a favor de su abanderada, Delfina Gómez, como condición para una alianza en los comicios presidenciales de 2018.
Hace una semana les puso una fecha fatal: el pasado martes 23 de mayo. Por supuesto, el perredista y el petista lo mandaron a freir espárragos. La respuesta fue furiosa, pues el tabasqueño los llamó de todo: lambiscones, paleros, vendidos, traidores, corruptos, mafiosos y otras preciosidades. Lo mismo hizo cuando los dirigentes nacionales del PRD y PAN, Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, anunciaron que se trabajará en una coalición para el 2018. Otra vez vino el baño de epítetos y los dejó como “lazo de cochino”.
Morena, según se ha dicho, encabeza todas las mediciones demoscópicas en la intención del voto. Hace un par de semanas, la maestra Delfina Gómez ya estaba empatada con el priista Alfredo del Mazo, y la tendencia era que lo superara, según las casas encuestadoras.
A estas alturas de la contienda, la profesora Gómez ya debe estar por arriba del priista. Entonces, ¿Cuál es el apuro de López Obrador para pedir que el perredista Zepeda y el petista González declinen por su candidata?
Los analistas dicen que el tabasqueño se dio cuenta de que Morena solo no podrá ganar, no les dan las cifras ni el blindaje para evitar el fraude que seguramente lo harán los priistas apoyados por el aparato del Gobierno Federal. Aun cuando está necesitado de la unión de fuerzas, López Obrador llama a construir el “cambio verdadero” con el látigo en la mano. No convoca sino impone, no invita sino condiciona y alza la guillotina para degollar públicamente a quienes lo rechacen como en los tiempos de la Inquisición cuando se pedía un “auto de fe”.
En este espacio se ha dicho muchas veces que el principal líder político de México, actualmente es López Obrador. Un caudillo auténtico, al que dos veces le han arrebatado la Presidencia de la República. También se ha sostenido que, efectivamente, el proyecto de Morena para la Nación es una ruta de cambio para recomponer la cosa pública y sanear el ejercicio del poder. De eso no hay duda, pero lo que sí está en discusión son las formas y el dogmatismo con el que se pretende obligar a todos
-ciudadanos y líderes políticos- para abrazar el proyecto. A bastonazos y linchamientos, si hay una negativa.
Eso se lo recordó el candidato del PRD en el Estado de México, Juan Zepeda, expresidente municipal de Nezahualcóyotl, quien ha resultado la figura emergente de ese proceso electoral. En una carta dirigida a López Obrador, y que se difundió el mismo martes, el perredista cuestiona las formas para proponer una alianza y señala que se requiere “la unidad de los demócratas, no de los autócratas, (ya que) podemos ser aliados, (pero) jamás seremos empleados, somos promotores de la unión, nunca de la sumisión”.
“Me pediste que decline, que de lo contrario sería parte de la mafia del poder. No nos dejas muchas opciones. Sin embargo, te pregunto: ¿Hay alguien que no seas tú o tus correligionarios que sea bueno? ¿Hay alguien que no seas tú o tus correligionarios que no forme parte de la mafia del poder? Creo que muchos de los que no te apoyan ni a ti ni a mí, son gente buena y son millones”.
La carta no tiene desperdicio, pues además de ser un documento bien razonado, acorrala al tabasqueño. “Hay millones de personas sin partido que luchan contra la violencia, por la paz, por la justicia, por servicios médicos, acceso al agua, por la justicia. A ellos que no están contigo, ni contra ti, también los ofendes. Tus derrotas electorales no se deben solamente a la corrupción del Gobierno, a que manden a secretarios de Estado a hacer campaña, sino también se deben a una mala estrategia de victimización”.
Y le da un banderillazo puntual: “Siempre buscas justificar tu actuar comparando la historia, en ese exceso comparaste la elección presidencial de 1988 con la elección del Estado de México. Te lo dije y te lo repito, ni Delfina es Cuauhtémoc Cárdenas ni tú eres Benito Juárez. Estar a tu lado no es garantía de ser demócrata, honesto y buena persona, ahí está la diputada (Eva Cadena) recibiendo dinero, Elba Esther y su yerno, Higinio Martínez, Alfonso Romo, Manuel Bartlett”.
De paso, lo llama a calmarse y le pide amarrar a sus seguidores que regularmente se convierten en hordas de cavernícolas. “Antes de sentarnos a dialogar quiero pedirte un favor, no para mí, sino para México. Debes parar la violencia verbal. No puedes andar por ahí insultando y llamando ‘lambiscones y paleros’ a los que no están contigo. Lo que tú dices tus seguidores lo replican con diez veces más agresividad, Andrés, debes detenerte. La violencia verbal desencadena en otro tipo de violencias, a eso nosotros no le entramos. Sereno Moreno”.
Vaya paradoja, la violencia verbal a la que está acostumbrado López Obrador y que sus seguidores la replican en redes sociales contra todo el que piense diferente, ayer se le materializó en contra con los huevazos que le lanzaron en Huatusco. Nadie dude que si las hordas de Morena hubieran reaccionado con prontitud y las agresoras no hubieran huido a tiempo, se habría perpetrado un linchamiento como extirpación del corazón o la muerte en la hoguera. La violencia genera violencia y en Morena se les queman las habas. Serenos, morenos.
Ayer también, López Obrador volvió a dirigir otro mensaje a los líderes y candidatos del PRD, PT y PMC, para que declinen por la abanderada de Morena en el Estado de México, aún cuando ya había cerrado la fecha fatal, pero lo hizo sin bajar el nivel de amenaza para ser tacleados como parte de la “Mafia del Poder” si no se someten a su propuesta. ¿No suena a desesperación?
De pilón, fue la prensa –reporteros y conductores de espacios informativos- los que ‘pagaron los platos rotos’ en Morena, pues López Obrador se enfrascó en acusaciones en su contra, de servir a la “mafía del poder”, a Yunes Linares y otras linduras. En Boca del Río, a un reportero de una radiodifusora le negó la entrevista y con el conductor de Radio Fórmula, Jorge Cárdenas, intercambió acusaciones. Ya antes, había ofendido a los periodistas veracruzanos llamándolos “maiceados”. Mala gira para el Peje en Veracruz: videos, huevazos y pleitos con la prensa. Sereno, moreno.