in

Los fantasmas de Perry

Superiberia

 

Texas comparte una buena parte de su historia con México, un estado que, en buena medida, hasta el día de hoy ha sido construido gracias al esfuerzo de muchos mexicanos, quienes, con su mano de obra, han dedicado vida y esfuerzo a hacer de este estado uno de los más importantes de Estados Unidos. Sin embargo, hoy Texas quiere militarizar sus fronteras y negarle el paso a todo migrante que proceda de nuestro país.

Su gobernador Rick Perry, constante aspirante a la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos  por el partido republicano, ha dejado claro que no quiere tener nada que ver con México y su frontera. Con declaraciones controversiales y sin sustento, Perry ha tratado de distinguirse, en el partido republicano, como uno de los más férreos en contra de la legalización de los migrantes que tanto le han dado no sólo a Texas sino a Estados Unidos, país construido por migrantes.

Durante sus 16 años como gobernador del estado vecino, Perry ha hecho todo lo posible para militarizar la frontera que comparte con nuestro país. Tan sólo hace unas semanas mandó mil soldados para impedir el paso a Estados Unidos de niños migrantes, y no sólo eso: tal es su obsesión con nuestra frontera, que hace unos días declaró que grupos terroristas islámicos usaban este paso para ingresar a Norteamérica.

Sin ningún fundamento, prueba o certeza, Perry vuelve a hacer del tema fronterizo su principal plataforma política rumbo a las elecciones internas de su partido para la Presidencia. A base de especulaciones y con declaraciones controversiales, busca ganar la simpatía de sus correligionarios republicanos luego de su gran fracaso en 2012 y la serie de reportajes en medios de comunicación sobre actos de corrupción dentro de su administración.

Asimismo, durante los últimos años de su gobierno ha sido muy poca, si no es que nula, la colaboración con las autoridades mexicanas en problemas que son una realidad en ambos lados de la frontera. Pareciera que a través de afirmaciones sin fundamento, que tratan de popularizar su imagen, Perry busca hacer creer que las bandas de crimen organizado sólo existen del lado de nuestro país y no dentro de Texas.

Actitudes y declaraciones sin fundamento como la del gobernador son las que realmente perjudican la agenda bilateral entre México y Estados Unidos, demostrando la poca información sobre lo que ocurre en su estado y su desconocimiento de los informes del Texas Department of Public Safety, donde se asegura que al menos dos mil 500 pandillas originarias de Texas colaboran con cárteles en México.

La forma de hacer política a la que Perry ha recurrido ya ha sido condenada por nuestro canciller, José Antonio Meade, quien acertadamente refutó los dichos del gobernador; sin embargo, es necesario que este llamado sea acompañado de una invitación a Rick Perry de trabajar en conjunto para así resolver problemas reales que atañen no sólo a Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y Coahuila, sino también al estado de Texas.

*Diputado del PAN

max.cortazar@gmail.com

CANAL OFICIAL

Abre SCJN juicio por la Ley de Movilidad

Ven anomalias en el 26% de la nómina magisterial